Si bien el problema de la violencia contra las mujeres se reconoce en Malasia, hay varios obstáculos para su erradicación. Los grupos de mujeres se dedicaron a elaborar estrategias y a presionar por cuestiones mediáticas para abordar el problema de la violencia hacia las mujeres, pero ha habido muchos obstáculos en cuanto a la visibilidad y la representación. Las actividades de incidencia no se extendieron hacia el área de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), lo que se suma al hecho de que las TIC se enmarcan dentro del paradigma de neutralidad política y de desarrollo. Los grupos de mujeres saben la importancia que tiene apropiarse efectivamente de las TIC para su trabajo en incidencia ya que los espacios públicos de Malasia para el discurso, la expresión y la información están estrictamente regulados. Hay varios incidentes importantes en el área de TIC que catalizaron una mayor participación.
La violencia de género recibió una especial atención del gobierno en las décadas del 80 y del 90, junto con los esfuerzos mundiales de las mujeres para entender la violencia de género como una violación a los derechos humanos en el marco de las conferencias mundiales de la ONU sobre la mujer. También fue entonces que se crearon varias organizaciones en defensa de los derechos de las mujeres en el país, centradas sobre todo en el activismo legislativo en relación a la violencia doméstica. En consecuencia, hay un amplio reconocimiento de la violencia doméstica, la violación y el acoso sexual – tipos de violencia de género que también están reconocidas y tratadas en términos legales. Sin embargo, desde el Octavo Plan de Malasia, que curiosamente fue también el período en que se enmendó la Constitución Federal para incluir la prohibición de la discriminación en base al género, se eliminó la violencia doméstica de las prioridades y, en general, dejaron de ser prioritarios los derechos de las mujeres. Las prioridades de desarrollo nacional para las mujeres se centran en su rol de reproducción en la familia y su rol productivo en la economía.
En ese mismo período, el foco estaba puesto las tecnologías de información y comunicación en el marco de la agenda nacional de desarrollo. Las TIC se consideraban el principal vehículo para propulsar al país hacia su completo desarrollo hacia 2020 y se hicieron fuertes inversiones en términos de política, infraestructura y asignaciones presupuestarias a fin de promover el desarrollo de Malasia como modelo de TIC para el desarrollo.
El sector privado tiene una fuerte influencia sobre las políticas y el sistema de vigilancia para su cumplimiento. El marco económico en el que transcurre el desarrollo de las TIC también ha permitido que internet sea un espacio libre de intervenciones estatales bajo la forma de la censura. Esto es importante ya que hay estrictas regulaciones en otros canales y medios de comunicación. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la intervención estatal para regular el libre flujo de información y de expresión en internet. Medidas que antes se basaban en leyes periféricas existentes, como la Ley de sedición, la Ley sobre secretos oficiales y la Ley de seguridad interna están apoyándose ahora en mecanismos y leyes más específicos de TIC, como la Ley de comunicación y multimedios, enmiendas al Código penal para admitir la vigilancia estatal a fin de combatir el terrorismo y planes de introducir filtros en internet para “proteger a niños y niñas de la cultura de la pornografía en internet”. Los últimos cambios en la configuración del Ministerio responsible de las comunicaciones también demuestra que el gobierno considera que las TIC son algo más que una simple infraestructura y se vinculan profundamente con el poder y la construcción de la nación.
Este informe destaca las formas de violencia doméstica reconocidas en Malasia y brinda el contexto donde se desarrollan las TIC y los objetivos políticos nacionales. No es un estudio exhaustivo sobre la situación actual de la violencia de género, sino que apunta a presentar un panorama de las interconexiones entre asuntos de TIC, la violencia doméstica y las áreas donde hay posibilidades de incidencia, además de analizar las leyes cibernéticas y áreas de regulación relativas a este asunto, sobre todo la regulación de contenidos, la privacidad y la vigilancia.
Recomendaciones
Esto presenta desafíos y oportunidades para los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres en cuanto al activismo para terminar con la violencia doméstica y obtener algunos avances sobre los derechos de las mujeres. La lista de desafíos incluye analizar y articular el impacto de las TIC en la violencia de género (como es el caso del uso de fotografías privadas e íntimas para controlar a la pareja en situaciones de violencia doméstica); la respuesta a cuestiones de censura y regulación de contenidos, teniendo en cuenta una representación justa e igualitaria de las mujeres en el paisaje de los medios; y articular una posición clara sobre asuntos de privacidad y seguridad desde la perspectiva de los derechos y la realidad de las mujeres. Los discursos sobre sexualidad, cultura y moralidad están muy interligados y merecen que las activistas por los derechos de las mujeres adopten una posición clara en reclamo del derecho de las mujeres a controlar y tomar decisiones sobre su propio cuerpo, sus espacios, su acción y su vida, como principios fundamentales e inalienables. Las oportunidades incluyen el reposicionamiento de la violencia de género como prioridad nacional, integrando las TIC en un marco de participación política y gobernanza; identificar nuevos aliados potenciales en el sector privado y los organismos de gobierno; participar en plataformas y mecanismos multisectoriales que se crearon debido al modelo de gobernanza de TIC adoptado por el gobierno; y recuperar y diseñar los espacios y discursos digitales mediante el uso estratégico y creativo de las TIC. Esto, sin embargo, requiere la construcción de un nuevo conocimiento y capacidad de comprensión de las interconexiones entre violencia doméstica y TIC en las diversas realidades actuales de la mujer, además de una mayor claridad en políticas y tecnologías TIC.
Leer el informe completo (en inglés).
La violencia de género recibió una especial atención del gobierno en las décadas del 80 y del 90, junto con los esfuerzos mundiales de las mujeres para entender la violencia de género como una violación a los derechos humanos en el marco de las conferencias mundiales de la ONU sobre la mujer. También fue entonces que se crearon varias organizaciones en defensa de los derechos de las mujeres en el país, centradas sobre todo en el activismo legislativo en relación a la violencia doméstica. En consecuencia, hay un amplio reconocimiento de la violencia doméstica, la violación y el acoso sexual – tipos de violencia de género que también están reconocidas y tratadas en términos legales. Sin embargo, desde el Octavo Plan de Malasia, que curiosamente fue también el período en que se enmendó la Constitución Federal para incluir la prohibición de la discriminación en base al género, se eliminó la violencia doméstica de las prioridades y, en general, dejaron de ser prioritarios los derechos de las mujeres. Las prioridades de desarrollo nacional para las mujeres se centran en su rol de reproducción en la familia y su rol productivo en la economía.
En ese mismo período, el foco estaba puesto las tecnologías de información y comunicación en el marco de la agenda nacional de desarrollo. Las TIC se consideraban el principal vehículo para propulsar al país hacia su completo desarrollo hacia 2020 y se hicieron fuertes inversiones en términos de política, infraestructura y asignaciones presupuestarias a fin de promover el desarrollo de Malasia como modelo de TIC para el desarrollo.
El sector privado tiene una fuerte influencia sobre las políticas y el sistema de vigilancia para su cumplimiento. El marco económico en el que transcurre el desarrollo de las TIC también ha permitido que internet sea un espacio libre de intervenciones estatales bajo la forma de la censura. Esto es importante ya que hay estrictas regulaciones en otros canales y medios de comunicación. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la intervención estatal para regular el libre flujo de información y de expresión en internet. Medidas que antes se basaban en leyes periféricas existentes, como la Ley de sedición, la Ley sobre secretos oficiales y la Ley de seguridad interna están apoyándose ahora en mecanismos y leyes más específicos de TIC, como la Ley de comunicación y multimedios, enmiendas al Código penal para admitir la vigilancia estatal a fin de combatir el terrorismo y planes de introducir filtros en internet para “proteger a niños y niñas de la cultura de la pornografía en internet”. Los últimos cambios en la configuración del Ministerio responsible de las comunicaciones también demuestra que el gobierno considera que las TIC son algo más que una simple infraestructura y se vinculan profundamente con el poder y la construcción de la nación.
Este informe destaca las formas de violencia doméstica reconocidas en Malasia y brinda el contexto donde se desarrollan las TIC y los objetivos políticos nacionales. No es un estudio exhaustivo sobre la situación actual de la violencia de género, sino que apunta a presentar un panorama de las interconexiones entre asuntos de TIC, la violencia doméstica y las áreas donde hay posibilidades de incidencia, además de analizar las leyes cibernéticas y áreas de regulación relativas a este asunto, sobre todo la regulación de contenidos, la privacidad y la vigilancia.
Recomendaciones
Esto presenta desafíos y oportunidades para los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres en cuanto al activismo para terminar con la violencia doméstica y obtener algunos avances sobre los derechos de las mujeres. La lista de desafíos incluye analizar y articular el impacto de las TIC en la violencia de género (como es el caso del uso de fotografías privadas e íntimas para controlar a la pareja en situaciones de violencia doméstica); la respuesta a cuestiones de censura y regulación de contenidos, teniendo en cuenta una representación justa e igualitaria de las mujeres en el paisaje de los medios; y articular una posición clara sobre asuntos de privacidad y seguridad desde la perspectiva de los derechos y la realidad de las mujeres. Los discursos sobre sexualidad, cultura y moralidad están muy interligados y merecen que las activistas por los derechos de las mujeres adopten una posición clara en reclamo del derecho de las mujeres a controlar y tomar decisiones sobre su propio cuerpo, sus espacios, su acción y su vida, como principios fundamentales e inalienables. Las oportunidades incluyen el reposicionamiento de la violencia de género como prioridad nacional, integrando las TIC en un marco de participación política y gobernanza; identificar nuevos aliados potenciales en el sector privado y los organismos de gobierno; participar en plataformas y mecanismos multisectoriales que se crearon debido al modelo de gobernanza de TIC adoptado por el gobierno; y recuperar y diseñar los espacios y discursos digitales mediante el uso estratégico y creativo de las TIC. Esto, sin embargo, requiere la construcción de un nuevo conocimiento y capacidad de comprensión de las interconexiones entre violencia doméstica y TIC en las diversas realidades actuales de la mujer, además de una mayor claridad en políticas y tecnologías TIC.
Leer el informe completo (en inglés).
Publication date
Year of publication
2009
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