Las redes sociales son una herramienta de suma utilidad para combatir un sin fin de inequidades, sin embargo y al igual que en el mundo real, la violencia hacia las mujeres se traslada a un nuevo escenario. Agresiones, difamación, difusión no autorizada de imágenes son solo algunos de los ejemplos.
Un problema global, que trasciende franjas etáreas y donde la región latinoamericana parece ser protagonista. Para profundizar en el tema y en una entrevista especial para GenderIT.org con Carlos G. Gregorio (1), jurista e investigador especialista en TIC, conversó acerca de cuáles son algunos de los conflictos en esta línea que plantea internet.
Florencia Flores Iborra: Durante el desarrollo del proyecto Derechos y justicia en el movimiento social en internet ¿Detectaron la existencia de una diferencia en el tratamiento de los derechos en relación al género en las redes sociales?
Carlos G. Gregorio: En el marco del proyecto, Zareth Díaz García (2) realizó un trabajo muy interesante de recopilación de experiencias de campo en Cundinamarca, Colombia. En esta zona se ha dado una combinación de factores que favorecen a un nuevo fenómeno de turismo sexual. En este trabajo la autora analiza particularmente el impacto en las redes sociales a nivel escolar.
En el desarrollo del proyecto nos encontramos ante una situación de vulnerabilidad muy preocupante. Concretamente, existe un caso en el que una niña de 14 años que fue filmada manteniendo relaciones sexuales con el uniforme del colegio con varios compañeros. Esto fue filmado por uno de los alumnos, en donde la única cara visible era el rostro de la niña. El video fue difundido en las redes sociales.
Asimismo varias niñas han sido objeto de campañas de difamación, realizada por niños despechados, donde divulgaban en internet fotos trucadas.
También se detectó una grabación de una adolescente que tuvo sexo con su novio en un descampado. Un joven los vio, los filmó con su celular y luego comenzó a extorsionar a la chica para que tuviera relaciones con él o de lo contrario la amenazaba con publicar fotos del video en Facebook.
Este tipo de situaciones ha generado en Cundinamarca más de un conflicto, donde paradójicamente en algunos casos algunos colegios optaban por expulsar a las jóvenes.
En este contexto, se ha demostrado que las niñas son más vulnerables en las redes, donde se establecen diferentes ataques por parte de sus pares varones, que descargan su agresividad de diversas formas. Esto claramente genera conflictos en las niñas que, por lo general, no cuentan con los elementos necesarios para denunciar los agravios a los que son sometidas. Y donde el daño que se produce es irreparable.
FFI: Ante esta realidad que describís ¿la legislación actual, ofrece alguna garantía?
CGG: Es un tema muy complejo. Hay que tener mucho cuidado sobre cómo abordar este tipo de situaciones. En la mayoría de los casos y por ausencia de una legislación adecuada, hay una revictimización de las niñas.
Tiempo atrás, en el norte de Uruguay hubo una campaña difamatoria donde se publicaron fotos trucadas de las hijas de los ediles del departamento de Artigas. Y la justicia resolvió archivar el caso. El argumento que se utilizó para explicar fue que no existía una tipificación clara del delito. Ante la incertidumbre de poder concluir un proceso penal se prefiere archivar los expedientes.
Y efectivamente cuando se estudian las leyes con cuidado, la protección de la imagen, el concepto de imagen trucada, no está suficientemente claro en la legislación y muchos jueces penales son temerosos a sancionar infracciones que no están claramente tipificadas.
Sin lugar a dudas se trata de delitos, muchas veces realizados por los mismos jóvenes. Con lo cual el sistema judicial va a tener que prepararse para tratar este tipo de conflictos, donde ya comienzan a haber responsables identificados. La mecánica judicial — en particular la justicia para adolescentes — no está preparada para abordar este tipo de problemas.
FFI: A tu entender ¿existen medidas concretas para evitar la violencia de género en internet?
CGG: A modo de prevención, el primer paso es el educativo. Yo creo que el tema no puede ser evitado en los ámbitos de educación formal. Es necesario que la escuela como institución realice un abordaje de esta problemática. Específicamente en violencia de género, así como en sus diversas manifestaciones. Manejo de fotografías, cuidado de las imágenes, tanto en el caso de las que han sido trucadas como el respeto a aquellos que no quieren publicar sus retratos.
Debe existir una advertencia por parte de las instituciones acerca del uso que se le puede otorgar a imágenes que uno mismo publica en las redes sociales. Es necesario conocer los riesgos de la red. En muchas legislaciones hay dudas sobre si es posible reutilizar las imágenes que se publican en internet.
Cuando hablamos de mujeres que son víctimas de violencia, hay una experiencia muy buena que se da en Brasil. Se trata de la línea de ayuda de la Secretaria Nacional de Promoción de Derechos de Niños y Adolescentes (3). Ellos tienen en Brasilia la central de atención de una línea telefónica nacional, en donde las víctimas pueden llamar y denunciar los tipos de agresiones a las que fueron expuestas.
Lo interesante es que se hace el soporte de las personas que llaman, brindando contención en cada caso específico. Esto debería existir en los demás países de la región. Si bien hay otros ejemplos, como Colombia y México, en estos países no se conoce un impacto tan importante. En Colombia el servicio lo brinda directamente la policía de ciberdelito y esto intimida un poco a las mujeres y en México, los índices de llamados parecen demostrar que es poco difundida la línea telefónica.
Este tipo de servicios son muy importantes porque las personas que sufren de este tipo de agresiones, las sufren en silencio. Sin comentarlo con sus propias familias. Por eso una línea de ayuda anónima es de mucha utilidad.
FFI: Si bien esta problemática se da a nivel global, ¿cuál es la situación de Latinoamérica?
CGG: En cuanto a la problemática y en comparación con Europa, Estados Unidos y Canadá mi percepción es que en los países de América Latina se plantea con mayor gravedad. El caso de Perú es un ejemplo claro de ello, donde los índices de ciber-violencia son altísimos. En los demás países de la región hemos encontrado problemáticas similares.
Cabe destacar la experiencia de Brasil en torno a la violencia de género. Es de los pocos países latinoamericanos que asumió el tema de explotación sexual en adolescentes como una prioridad en materia de políticas públicas. No así con el tema de internet. En muchos casos sigue siendo considerado de una manera más superficial.
FFI: ¿Cuáles son las recomendaciones para abordar el tema con el sector privado, como son las empresas de desarrollo de tecnología?
CG: Si bien Google ha apoyado económicamente a distintas instituciones que trabajan este tema creo que no tiene un compromiso sostenido con esta problemática. Hay si un ejemplo interesante que es el de Tuenti . Una plataforma de comunicación social web y móvil predominante en España, ahora de propiedad de Telefónica y que actualmente se está desarrollando en Perú.
Esta red tiene una política de responsabilidad social empresarial muy importante y muy seria en cuanto a la privacidad y seguridad de los usuarios y usuarias.
Fijate como es el problema. Uno de los argumentos de Google para no intervenir en estos temas es que ellos consideran que su plataforma Orkut en Brasil es una red donde está comprometida la libertad de expresión.
Es importante poder diferenciar cuál es la expectativa del usuario en las redes sociales. Es decir, distinguir entre quiénes desean comunicarse y los que plantean expresarse.
Formalmente, para evitar tener mecanismos de protección, las redes sociales se basan en el argumento de que son espacios de expresión y por tanto no pueden hacer control de contenidos. Entonces Facebook dice ser un espacio de expresión mientras que el interés de sus usuarios/as es el de ser un espacio de comunicación grupal, que no tiene los mismos niveles de intimidad que la comunicación bipersonal tradicional pero que posee algún nivel de protección.
Por alguna razón parece ser que es un buen negocio tener gente que quiere comunicarse pero bajo la pantalla de que lo que están haciendo es expresarse. Esto es preocupante porque cuando el usuario confunde sus expectativas con la oferta de una red social, los derechos de los usuarios y usuarias son más vulnerables.
Sin lugar a dudas se trata de una problemática muy compleja, donde hay varios factores que tener en cuenta. Nos queda una certeza: combatir la violencia de género es una necesidad inminente.
Footnotes
(1) Jurista. Investigador del Instituto de Investigación para la Justicia de Argentina www.iijusticia.org y director del proyecto “Derechos y justicia en el movimiento social en internet” www.e-privacidad.org/
(2) Licenciada en administración educativa de la Universidad San Buenaventura. Rectora de Institución Educativa Oficial en Cundinamarca, Colombia. Asesora de investigación y coordinadora de investigación formativa de la Universidad del Tolima. www.ifai.org.mx/popBox/images/ProteccionRedesSociales.pdf
(3) “Disque Denúncia Nacional – Disque 100” portal.sdh.gov.br/clientes/sedh/sedh/spdca. Más información en la Secretaria de Políticas para as Mulheres de Brasil: www.sepm.gov.br/subsecretaria-de-enfrentamento-a-violencia-contra-as-mul...
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