La 58a sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés) se realizó en Nueva York, del 10 al 21 de marzo de 2014. Si bien se registraron ciertos avances en cuanto a las TIC y la violencia de género mediante el uso de la tecnología, el Programa de derechos de las mujeres de APC también tomó nota sobre las frustraciones que enfrenta el movimiento de mujeres en relación a la agenda de sus derechos específicos.



Flavia Fascendini: ¿Cuáles fueron los principales temas que se plantearon y se trataron durante la 58a sesión de CSW? ¿Y qué te parece que faltó?



Jac sm Kee: El tema de CSW este año fue revisar los Objetivos de desarrollo del milenio (ODM) y ver qué se ha logrado hasta ahora, y qué áreas hay que fortalecer para después de 2015, más allá de los Objetivos del milenio (actuales). Esto implicó que las diversas secciones tenían un área común que era el marco del desarrollo. Lo interesante fue que se habló bastante sobre el asunto de la salud y los derechos reproductivos de las mujeres. Lo negativo me parece que fue más grave este año porque hubo mucha resistencia en cuanto al uso del lenguaje de los derechos humanos. De tal manera que, por ejemplo, en uno de los diálogos se planteó como pregunta la necesidad de desglosar datos por género. La pregunta era ¿qué significa eso? ¿Por qué tenemos que tener datos desglosados según el género? Estos son temas que no son conflictivos, pero aparentemente fue algo alarmante para algunos países y hubo varias reacciones negativas.



Parece que CSW es como un lugar limítrofe para hablar sobre los derechos de las mujeres y los problemas que hay en torno de esto, con un foco muy específico, y hay que ir a CSW para defender ese borde o esa frontera. Se trata de un límite trazado en base a muchas batallas y trabajo duro, pero lo que sucede cada año parece simplemente la defensa de esta frontera, sin demasiado avance. Tal vez sea una exageración lo que digo, pero a veces realmente me parece que es así. Se hacen acuerdos sobre determinadas cosas y, sin embargo, año tras año hay que luchar con uñas y dientes por lo mismo.



FF: Así que quieres ser radical y hacer progresos, pero en realidad, se trata solamente de impedir el retroceso. ¿Cómo entran las TIC en esta conversación?



JK: La situación es bastante buena, todo lo que recomendamos está en las conclusiones acordadas. Hay bastante reconocimiento y menciones sobre la necesidad de acceso a las tecnologías de información y comunicación, la necesidad de tener control sobre las TIC, de poder cerrar la brecha de género en relación al acceso por lo que eso significa, etcétera.



FF: ¿Y la brecha digital de género se enmarcó en los derechos humanos, verdad?



JK: Sí, ese es nuestro mayor logro. Se trata de un texto que le recomendamos a la delegación de Filipinas y es muy bueno que lo incluyeron, que el acceso a las TIC no tiene que ver solamente con el desarrollo económico, sino con el goce de todo el abanico de los derechos humanos. Durante muchos años, las TIC fueron parte del empoderamiento económico, el empleo y la educación, pero no se consideraba que tuvieran relación con los derechos, así que haberlo logrado es un importante paso adelante.



FF: ¿Qué significa eso en términos prácticos y en relación a tu afirmación anterior de que todos los desacuerdos quedaron en nada?



JK: Significa que los derechos de las mujeres también incluyen el acceso a la tecnología y el control de la misma para que puedan usufructuar sus derechos. Lo que significa que, en el futuro – el año próximo será Beijing + 20, B+20 -, cuando haya que revisar la Sección J, o rever cómo están las cosas en relación a los medios y el acceso a la tecnología, se podrá usar esto como referencia y decir que también fue con este objetivo que se hizo. Eso podría ampliar un poco más el diálogo. Desde ese punto, esperemos que sirva para informar políticas, y también para asignar recursos y tomar decisiones informadas.



FF: Esta 58a sesión estuvo basada en los acuerdos a los que se llegó durante la 55a: ¿Notaste algún cambio en cuanto a STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática), dado que esto fue una revisión del tema de la sesión anterior? ¿Te parece que las mujeres responsables de tomar decisiones sobre el papel de las TIC son más concientes ahora?



JK: Sí, lo que vuelve a plantear la cuestión del valor de las conclusiones acordadas en CSW, además de brindar un marco y una lenguaje para que se pueda iniciar la conversación. Materialmente, no hay informes. Los gobiernos dirán que hicieron ésto y aquéllo.



FF: Y ya que estamos hablando de violencia hacia las mujeres mediante el uso de tecnología, ¿te parece más fácil hablar de ese tema ahora que hace unos años?



JK: Sin duda, mucha gente ahora habla del tema. Se habló de eso incluso en la sesión que me tocó moderar, sobre acceso a las TIC para el empoderamiento y los derechos humanos. La realidad de la violencia, cómo lidiar con ella, cómo resolver los grandes peligros, son todos problemas que requieren mucha atención. Sin duda hay más conciencia y más personas que plantean el tema y hablan sobre eso, así que creo que ahora necesitamos un marco más claro para tratar este tema, basándolo en derechos humanos, pero sin recurrir a enfoques proteccionistas.



Jan Moolman: La unión entre TIC y tráfico en el contexto de la explotación de mujeres es preocupante. Tenemos que analizar la lógica y las motivaciones. Concuerdo en que hay más conciencia, pero en mi opinión, hay tres puntos claves que llaman la atención: primero, la tecnología y las TIC vinculadas a la alianza público/privada y el papel del sector privado. Esto se ve en el discurso de ONU Mujeres y las alianzas con Microsoft e Intel, por ejemplo.



En segundo lugar, es más visible el énfasis que se hace en el acceso a las TIC, pero sigue pareciendo una manera muy restringida de entender dicho acceso. Es importante que seamos concientes de esto porque la agenda post 2015 establece la agenda de fondos y recursos. Si va a haber financiación para el acceso, es importante ampliar lo que se entiende por dicho acceso.



Y, en tercer lugar, aunque pasaron 20 años, seguimos teniendo solo la Sección J para trabajar. Hubo muy poco movimiento en relación a esto. Tal vez la única otra cosa sea el reciente Grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre la discriminación de las mujeres en el derecho y la vida pública, y la resolución de HRC (Human Rights Campaign) sobre el empoderamiento de las mujeres y libertad de expresión. Pero, a la vez, también se trata de una oportunidad.



JK: Pero creo que también es importante explorar el tema del acceso – ampliarlo. Acceso de qué, para qué.



Dafne Sabanes Plou: Como integrante de la delegación de Argentina, yo diría que estuvimos activas desde el mero principio, como ONG y ahora como parte del comité de ONG latinoamericanas. Creo que es importante empezar pronto y hacer un seguimiento de todos los movimientos de los gobiernos y el comité de CSW. Empezamos a trabajar a fines de enero porque el gobierno latinoamericano – la maquinaria de mujeres de la región – lo analizó y nosotros, como Comité Latinoamericano de ONG, también lo hicimos. Y luego hicieron una recomendación, de modo que nuestra gente fue para allí, quienes pudieron ir a México, y presionamos para tener algunas cuestiones de lenguaje dentro, y otras fuera. Fue interesante porque el trabajo con Magaly Pineda, que también trabaja mucho en TIC, nos permitió introducir tecnologías de información y comunicación en una pequeña oración en la que se mencionaba el acceso a agua potable, electricidad, y otras cosas básicas por el estilo. Y también fue interesante que el borrador de Siruseri adoptó ese formato desde el principio. Luego, en el documento final, también figura y estuvimos analizando el hecho de que el acceso que nosotros llamaríamos uso estratégico, figura como uso efectivo en el documento, junto con el agua, la tierra, y otros derechos básicos que tienen las mujeres. Así que me parece que esto también es clave, porque por un lado el comité reconoce la existencia de una brecha de género y da cuenta de su persistencia, estableciendo que hay que poner el acceso a las tecnologías de información y comunicación en el mismo plano que el acceso al agua, la tierra y otros derechos básicos, y así se genera un mandato para los gobiernos, claramente expresado: invertir en el cierre de la brecha de género.



FF: El Comité de ONG de ALC envió una carta mostrando su inquietud debido a la no incorporación de los derechos humanos de las mujeres en las conclusiones acordadas. También sobre la eliminación de la referencia a los derechos sexuales y reproductivos. ¿Qué pasó con eso? Me pregunto cómo encaja ese asunto en este proceso.



DSP: El principal motivo de preocupación es que cada vez que se habla de los derechos de las mujeres y las niñas, algunos gobiernos reaccionan en forma negativa, así que tenemos que acabar con eso. Es una verdadera lucha, cada palabra. Y, además, tenemos que ser políticas, en el sentido de que hay que ser concientes de que hay delegaciones de gobiernos que no son latinoamericanos. Los gobiernos latinoamericanos presentaron una declaración en febrero y nos alegró ver que las delegaciones respetaron esa declaración. Pero después, las delegaciones de países que no son tan progresistas, que hicieron declaraciones muy progresistas en las sesiones plenarias, fueron muy atacadas por los gobiernos conservadores. Y de repente recibimos una solicitud de una de esas delegaciones que decía “por favor, vengan a apoyarnos, porque hemos sido atacadas y si no nos ayudan, el gobierno de nuestro país, al volver nos dirá “¿pero qué están haciendo? Todo el mundo las está atacando, incluso el Vaticano! Así que necesitamos su apoyo”. Tenemos que ser concientes del hilado fino de la política. Lo que sucede es que estuvimos estancadas en discusiones hasta el último día y recién entonces pudimos llegar a algunas soluciones, pero no se puede estar todo el tiempo luchando por las mismas cosas, durante 20 años, solo para mantenerlas en pie, en lugar de hacer que avancen. Ese es el mayor problema, que todavía se escucha y hasta se leen textos, como un borrador que no recuerdo cuál era, donde había una o dos líneas sobre el valor de la familia. Se dicen cosas de hace 50 años, sobre la familia como núcleo de la sociedad, todo ese discurso, y no se dice “las familias”. Hubo incluso un debate entero, que duró horas, sobre el rol de las mujeres en la familia y cómo era en otros países. Y después, en algunos países ni siquiera escuchan cuando hablas del matrimonio igualitario como el que tenemos en Argentina, que implica que las personas gay pueden casarse.



FF: Así que se podría decir que fue bastante desparejo.



DSP: Sí, pero eso tiene que ver con los derechos en general. Lo que tiene que ver con las tecnologías de información y comunicación está bien. Presionamos al gobierno de Filipinas por el asunto del tráfico de mujeres y niños y niñas, y quedó bien plasmado en el texto.



Sin embargo, el discurso empleado en cuanto al tráfico es un poco inquietante. Era bastante vago y establecía que el sector privado debería autorregularse. Pero la autorregulación es una preocupación si no se equilibra con los derechos y el gobierno de la ley, por ejemplo. Después hay otro asunto que es la autorregulación en relación a la explotación sexual de mujeres y niños y niñas, y en relación al tŕafico, cuando ya existía un discurso mucho más fuerte en relación a las TIC y lo que se debe hacer para evitar la violencia contra las mujeres. Así que parece que no es necesario y es bastante vago, y abre (caminos) potencialmente peligrosos. El otro problema es que se podría interpretar como la necesidad de censurar determinados tipos de información para proteger a las mujeres y los niños y niñas, y en general la información que se bloquea es la referida a un trabajo sexual más seguro, o la información sobre los derechos sexuales y reproductivos, o sobre LGBT, y la manera de lograr el equilibrio es con derechos humanos. Por eso es muy importante y realmente muy bueno que se haya incluido el párrafo M, que trata sobre el exceso de control de las TIC y los derechos humanos. Creo que eso sirve de contrapeso.



FF: 2015 será un año clave para los derechos de las mujeres porque habrá convergencia de numerosos instrumentos, como Beijing+20, el fin de los ODM y su revisión, y los procesos post 2015, además de la CMSI. ¿Cómo ven el panorama en cuanto a derechos de las mujeres y TIC? ¿Te parece optimista o no? ¿Por qué?



DSP: Creo que tenemos que trabajar duro en este sentido, porque no se trata sólo de TIC sino también de los medios, que aparecen numerosas veces en el documento, de modo que tendremos que tratar de movernos más en torno de la Sección J, hacerla más visible y tratar de empujar más cosas hacia esa sección, crear más conciencia y trabajar más en profundidad con los estereotipos de los medios, internet y demás. Porque nos parece que ha sido una sección invisible en la Plataforma de Acción durante mucho tiempo. Pero creo que todavía hay oportunidades, por ejemplo este discurso que logramos incluir, estará bien si podemos seguir trabajando en eso para el período post 2015, pero habría que hacer todo en el marco de los derechos humanos porque, en mi opinión, es la única manera de lograrlo y además nos ayudará a tener pasos para eliminar otros problemas.



FF: Participaron en la reunión de estrategias para la Plataforma de Acción de Beijing. ¿Cuáles fueron los principales acuerdos a los que se llegó?



DSP: La idea es unirnos en una actividad para subrayar la importancia de la Sección J y las consecuencias de no prestarle suficiente atención, y no defender los principios y los asuntos que allí se plantean, por un lado, y por otro, logramos empezar a planificar con Isis Internacional, con quien trabajamos juntos durante el proceso previo y luego durante los intercambios de Beijing + 20, el tipo de grupo de información y comunicación que podría dedicarse realmente a difundir y funcionar en conjunto para conseguir las noticias y la información necesaria en otros momentos de este proceso de 20 años. Nos hemos unido a otras organizaciones a nivel internacional y cubrimos las conversaciones sobre lo que estaba sucediendo, y estuvimos muy activas. Así que pienso que se acercarán otras organizaciones, pero por ahora, Isis Internacional es una de nuestras principales aliadas. Y ONU Mujeres también tiene interés en dedicar un mes entero – en febrero – a la Sección J y a promover los temas que figuran en dicha sección. Así que planeamos poner la Sección J otra vez sobre la mesa y realizar actividades en torno de esto. También es hora de incorporar a las muchachas jóvenes en los intercambios sobre la Sección J, sobre todo debido a la tecnología.



JM: Reconozco que la Sección J es clave para la realización de todas las demás áreas que nos preocupan. Además, para reflotar el grupo de mujeres de los medios, podríamos realizar algunos paneles en B+20, reunir mujeres del movimiento de los medios comunitarios para que realicen la cobertura de B+20 en Nueva York, vinculando así la revisión de B+20 con los medios comunitarios y solidarizándonos con quienes no puedan estar allí, organizar un gran Intercambio Feminista de Tecnología quizá en torno a B+20, y realizar una cobertura compartida a nivel mundial. Todo esto remite también al papel que ha tenido APC desde la conferencia de Beijing en 1995… Parece que ahora tenemos algo en torno a lo cual organizarnos.



FF: Recuerdo que en una presentación que hizo Jan en Gender Links, dijo que el género, los medios y las TIC dejaron de ser prioritarios en las conversaciones. ¿Qué sentido tiene esto cuando la realidad en la que vivimos muestra que este es un gran tema? Porque, por un lado, decimos que hay un mayor reconocimiento en general de la violencia hacia las mujeres mediante el uso de tecnología, lo que también se vincula con la cuestión de los medios, pero por otro lado, vemos que esas cuestiones han perdido prioridad en la agenda. ¿Por qué sucede eso?



JM: Creo que se debe a la sensación de “inmediatez” que surge al hablar de cosas como la pobreza, el VIH y sida, la militarización, etc. Los medios y las TIC suelen considerarse temas “livianos” – de los que ni siquiera se habla en relación a los derechos.



DSP: Tal vez un punto clave sea que, incluso dentro del movimiento de las mujeres, la gente supone que la tecnología es una herramienta y no se toma el tiempo de analizar sus sentidos y su relevancia política y social. Una vez que lo hacen, empiezan a surgir otras cosas. Pero ha sido difícil, lo sabemos muy bien incluso por nuestro trabajo. En todo el trabajo que hicimos para apoyar a las organizaciones de mujeres, era más urgente el acceso y empezar a usar la tecnología como herramienta, que pensar en política y políticas en torno de esto. Yo diría que ese es un gran paso que hay que dar y que quizá ayudaría a cambiar la perspectiva desde la cual vemos estas cosas. Creo que es importante destacar a Sección J nuevamente, y también estamos observando el debate que se está desarrollando dentro de Unesco y la alianza mundial de medios porque, si bien hay más mujeres que antes en los medios, ¿qué sucede con las cuestiones de género? ¿y con la perspectiva de género? Aún queda mucho por hacer, pero hay formas de ir trabajando en torno de la Sección J para poder decirle a esas mujeres de los medios que está bien, tenemos acuerdos de los gobiernos y demás, pero deberíamos tratar de trabajar en eso teniendo en cuenta a las mujeres, y demás. Así que me parece que también tenemos esa tarea.

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