Fundación Karisma es una organización de incidencia política impulsada por mujeres, que trabaja en la intersección entre los derechos humanos y la tecnología. Desde que comenzamos a trabajar el tema de los derechos digitales, supimos que se trataba de un campo dominado principalmente por hombres, pero fue algo que asumimos como normal y que, en principio, no cuestionamos. Con el pasar del tiempo, veíamos que, aunque compartimos un objetivo común en esa comunidad, nuestra visión y forma de entender las cosas eran diferentes. Entonces, nos empezamos a preguntar qué nos hacía diferentes, por qué nos sentíamos diferente. La respuesta estaba frente a nosotras: éramos un equipo de mujeres y eso le imprimía un toque distinto a nuestro trabajo y a la forma como nos trataban. A partir de ahí, nos dimos a la tarea de aprender sobre la perspectiva de género y de incluirla en nuestro trabajo.
Entre los grandes retos que hemos identificado en el tema del acceso a las tecnologías por las mujeres encontramos dos asuntos principales: el tipo de uso y la violencia de género en internet. En primer lugar, las estadísticas oficiales indican que la telefonía móvil en el país ha experimentado un crecimiento imparable. Esto, sin duda, tiene varias implicaciones en nuestras experiencias de uso en internet. Si le sumamos que los grandes planes de zero rating – con atractivas ofertas de chat y redes sociales gratis, en especial WhatsApp y Facebook –, no son sino el gancho de mercado de los operadores, impidiendo que aprovechemos todo el potencial democratizador de internet, estamos quedándonos en un consumo limitado de un bien, con lo cual ni siquiera estamos promoviendo el empoderamiento de las mujeres.
En segundo lugar, la violencia de género es un gran problema en el país y, también se ha trasladado a los espacios digitales. El desconocimiento sobre los problemas de seguridad e intimidad de estas tecnologías resulta ser una de las razones para que las mujeres sean sujetos de agresiones en línea, en forma de mensajes agresivos, sexuales o misóginos. Y hemos observado que estas violencias particularmente ocurren entre mujeres que expresan opiniones en la red (p. ej. periodistas, activistas, defensoras de derechos humanos).
Colombia cuenta con una agenda digital que ha sido la punta de lanza del actual gobierno para mostrar el brillante futuro que le espera al país. Sin embargo, esta política carece en su totalidad de un enfoque de género, por lo que es difícil imaginarlo como un motor para el empoderamiento de las mujeres y el ejercicio de derechos.
Un cambio político, que reconociera las diferencias en el acceso y uso de internet por mujeres y hombres, y la brecha de género que existe podría impulsar una transformación en cómo se entienden y usan las tecnologías digitales. De este modo, cualquier cambio de política debe considerar las tecnologías, pero sobre todo internet, como una herramienta de participación política y ciudadana, de democratización e inclusión. Esto, creemos, debe ir de la mano con el reconocimiento de que los riesgos y peligros de internet son diferentes si estamos frente a una mujer, la población infantil o la juventud.
Además, hace falta que las mujeres sepan enfrentarse a estas violencias en línea de manera asertiva, que las autoridades competentes tenga la capacitación necesaria y requerida para atender denuncias por violencias de género en línea, y que la población en general se sensibilice al respecto aprendiendo a respetar la diversidad de ideas y promoviendo el debate abierto y plural.
A largo plazo, el escenario ideal para nosotras es ver que internet es un espacio en el que las mujeres podemos navegar de manera segura y en el que nuestra voz es respetada. La internet ideal es aquella en donde podemos desarrollar nuestro libre pensamiento, nuestra personalidad, disfrutar de nuestra sexualidad, desarrollar nuestras iniciativas productivas, donde podamos participar políticamente, donde podamos convertirnos, en igualdad de condiciones, en ciudadanas activas política, cultural y económicamente.
Desde el 2014, hemos venido trabajando en un proyecto global liderado por la Web Foundation sobre derechos de la mujer en internet. Con este proyecto queremos, en primer lugar, darle la bienvenida a una nueva forma de ver y entender la tecnología y, en segundo, profundizar nuestro conocimiento sobre las formas en que las mujeres son silenciadas o excluidas de internet como ciudadanas, generadoras de contenidos, agentes de cambios, consumidoras, etc. El fin último de involucrarnos en esta iniciativa no es otro que impulsar la participación activa de las mujeres en internet, desde el desarrollo de infraestructura, protocolos, aplicaciones y servicios, pasando por el acceso y uso en igualdad de condiciones, hasta la toma de decisión sobre temas de regulación.
Para conocer más sobre este proyecto visita la web Women´s Rights Online
Imagen: Banco de imágenes libres. Fundación Karisma. CC BY SA
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