Apenas ha pasado un mes y ya me siento como en la viñeta de Mafalda “paren el mundo, que me quiero bajar”, la culpa de esto la tiene hechos como en Rusia dónde se permite –ahora por ley- que los esposos golpeen una vez a su esposa (1), los feminicidios que siguen siendo el pan nuestro de cada día en países de América Latina y lo que nos espera con Trump.

En el 2016 fuimos testigos de una serie de demandas y movimientos sociales que surgieron y se consolidaron en las redes sociales. Las mismas nos sacaron de nuestra zona de confort para tomar las calles y demandar nuestros derechos en esta nueva ola de lo que podríamos llamar el feminismo digital que se manifiesta en 140 caracteres, memes, infografías, gifs, invitaciones a eventos, grupos virtuales y la apropiación de los espacios digitales como una opción de manifestación y empoderamiento.

Manifestarse y empoderar a las mujeres en espacios digitales no es una tarea que se dé sola, es un conjunto de acciones encaminadas a disminuir la brecha de género presente en internet como un espacio público del ejercicio de nuestros derechos humanos.
Con esto no quiero decir que debemos abandonar el feminismo de puerta, de calle, de tierra, al contrario, el feminismo digital debe ser visto como una opción –y complemento- a nuestras acciones, que es a donde debemos llevar nuestras luchas.

El feminismo digital debe ser visto también como un modelo para lograr el acceso y la apropiación de las tecnologías de la información para explotar las capacidades de nosotras, las mujeres, pero también para pasar de la comodidad de usuarias pasivas a la creación de contenido, aplicaciones, opciones y discursos desde y para internet.

El feminismo digital debe ser visto como una opción –y complemento- a nuestras acciones, que es a donde debemos llevar nuestras luchas

Un 2016 de movimientos digitales

Algunos de los momentos claves en el feminismo digital en el 2016, fueron:

#MiPrimerAcoso (2): surgió en México un día antes de la movilización nacional contra las violencias machistas, también conocida como la primavera violeta, movimiento que surge en redes sociales y que en su mayoría o casi toda la logística se dio en las redes sociales. Este hashtag logró mantenerse como tendencia y obtuvo que los medios tradicionales y diversos actores voltearan a ver esta tendencia donde las mujeres narraron cuál fue la primera vez que las acosaron y quién –lamentablemente la mayoría se estos primeros acosos se dieron en el hogar.

Ni una menos, primer paro de mujeres en América Latina (3) se inició en Argentina y el 19 de octubre del 2016 más de 20 países en todo el continente paramos nuestras actividades en protesta contra las violencias machistas.

La presencia que tuvimos en las discusiones en el 2016 fue real. Nuestra participación en los discursos, la toma de decisiones y la organización desde espacios digitales también lo fue. Pero también arreció la violencia ejercida a mujeres, trans, activistas, profesionales porque estas intervenciones resultaban incómodas. “¡¡A la cocina!!”, me escribió un machitroll. El incremento de la violencia digital es real.

¿Qué nos espera en 2017?

¿Cuáles son los retos a los que nos enfrentamos las mujeres en el 2017 en los espacios digitales? La lista puede ser enorme. Son muchas las cosas que debemos de hacer y sólo tenemos 11 meses para lograrlo. El primer paso es identificar estos desafíos y el segundo, poner manos a la obra.

Sororidad: probablemente el reto más grande que debemos enfrentar este año es el trabajar en equipo. En México existe una frase muy común: mujeres juntas, ni difuntas. Las invito a que ignoremos esa frase. La única forma en la que vamos a lograr consolidar proyectos que tengan un impacto en las mujeres es si trabajamos unidas.

Debemos aprender que juntar muchos “me gusta” y ser “trending topic” no lograrán una diferencia sino salimos a las calles a exigir

Marcela Lagarde dice que la sororidad es la amistad entre mujeres diferentes y pares, una hermandad entre mujeres, el percibirnos como iguales y que podamos aliarnos, compartir y cambiar nuestra realidad, ya que todas, de una u otra forma hemos sido oprimidas.

Consolidar los movimientos sociales digitales, no sólo dar clic: internet nos presenta un espacio de activismo donde podemos ser creativas e interactuar. En el 2016 aprendimos a organizarnos y ejecutar proyectos a partir del diálogo desde las redes. Ahora debemos aprender que juntar muchos “me gusta” y ser “trending topic” no lograrán una diferencia sino salimos a las calles a exigir, a llevar propuestas a nuestros cabildos, con las y los representantes populares. Ser tendencia nos ayudará a posicionar el tema, pero el activismo requiere que tomemos una pancarta y gritemos nuestros derechos.

Compartir el conocimiento e informar: hablar de internet conlleva conocer de muchos temas tales como: economía digital, políticas públicas regionales y globales, infraestructura, ciberseguridad, derechos humanos, y muchos más. Debemos compartir, explicar e intercambiar ideas con amplitud.

Tomar espacios como el de la gobernanza de internet: los espacios ya sean locales, regionales o el global sobre gobernanza de internet siguen siendo espacios creados bajo una mirada de hombre blanco con capacidad –económica y física- para acceder a internet y a esos eventos. Como mujeres y feministas, nuestra participación e irrupción en estos espacios sigue siendo incómoda. Apenas hace un mes, me cuestionaban el por qué y para qué pedir la inclusión de la perspectiva de género en este tipo de eventos. Creo que finalmente la perspectiva de género y su inclusión nos da poder.

¿Por qué es importante involucrarnos en la gobernanza de internet? Es en estos espacios dónde se discute, retroalimenta y construyen agendas. El modelo de múltiples partes interesadas da la oportunidad de poder contar, ver y observar las diferentes aristas de un mismo tema y es importante abonar a estos espacios con una perspectiva feminista que busque construir espacios incluyentes.

Pero nuestra participación no debe quedar sólo en este tipo de espacios, no podemos depender sólo de estos foros para el intercambio y compartir conocimientos. Internet nació como un espacio libre e igualitario, sino se acepta e incluye las perspectivas de las mujeres, entonces algo no estamos haciendo bien.

Es importante abonar espacios como el de gobernanza de internet con una perspectiva feminista que busque construir espacios incluyentes

Lo que queremos (principios) para una internet feminista (4): en una reunión en diciembre del 2016 se debatió mucho la idea –o sentimiento- de algunas feministas que expresaron que estos principios se sentían como una lista de imposiciones, de reglas que debemos seguir, de modelos que adoptar, como si se tratara de un reglamento a aprender y recitar, a la manera de las tablas de multiplicar. No coincido. Estos principios –al menos a mi parecer- son una guía de trabajo que se ha realizado y debe realizarse, para, de manera conjunta, trazar un camino en común. El reto es compartirlos y que nos sirvan como una guía de la tarea que está pendiente y que debemos realizar

No podemos esperar sentadas a que las políticas públicas de nuestros gobiernos nos den la respuesta frente a las TIC

Usuarias creadoras: uno de los mayores retos es pasar de ser usuarias pasivas (consumidoras únicamente de internet, meras navegantes) a usuarias participativas que apoyan y abonan en la creación de internet. Un ejemplo clave es la creación de contenido en español sobre temas de internet, protección de datos, derechos digitales, seguridad digital.

No podemos esperar sentadas a que las políticas públicas de nuestros gobiernos nos den la respuesta frente a las TIC. Como feministas y de cara a los retos, debemos identificarnos, trabajar en equipo y “dar clic, arrastrar la pluma, los zapatos y sudar” para poder conseguir estos objetivos.

La pregunta del año

Cuando hablamos de internet, pensamos en el acceso y nos vienen a la mente los cables, las conexiones, que se necesitan para lograrlo, Si nos va bien, pensaremos en el contrato y los papeles que debemos firmar, pero nunca nos preguntamos: ¿para qué nos conectamos?, ¿qué hacemos en internet? y ¿a dónde estamos accediendo?

Esas preguntas y otras tantas intentaré responderlas este año, para entonces poder contar con las herramientas que nos permitan proponer políticas públicas con información exacta de lo que nosotras como usuarias/creadoras de internet queremos.

¿Cuál es nuestro principal reto este 2017? El feminismo digital plantea el reto de garantizar que nuestros derechos offline sean respetados online. No, no es un capricho por tener vagina, es nuestro derecho.

Sí usted lectora o lector llegó al final de este texto, es porque, como yo, está interesada/o en lograr que podamos expresarnos, gritar, apropiarnos y hacer uso de las TIC sin prejuicios ni violencias.
En la WomensMarch, un afiche decía "Las mujeres pertenecen a la resistencia".

¡Claro que las mujeres pertenecemos a la resistencia! Una que nos pide que gritemos y seamos voz para exigir el respeto a nuestros derechos y es esa misma voz la que debemos llevar a internet, para exigir pero también para participar y construir juntas.

¿Quién se suma?

Footnotes

1 Pegar a mujeres y niños para preservar la tradición, la ley que avanza en Rusia
http://www.lavanguardia.com/internacional/20170113/413323690310/rusia-vi...
2 Mujeres narran cómo fue la primera situación de acoso que sufrieron
http://www.animalpolitico.com/2016/04/mujeres-narran-como-fue-la-primer-...
3 #NiUnaMenos: miles de mujeres se toman las calles de América Latina para exigir el fin de la violencia de género
http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37711297
4 Principios feministas para internet – versión 2 https://www.apc.org/es/pubs/principios-feministas-para-internet-version-2

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