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Nora Quebral (2012) – a quien se le atribuye la introducción del concepto de “comunicación de desarrollo” a principios de la década del 70 – dijo hace poco, en relación a las trabajadoras domésticas asiáticas en Medio Oriente y a la manifestación por el derecho a conducir de las mujeres de Arabia Saudita, que cualquier análisis sobre derechos debe ser profundamente contextual: (1) “Una pregunta difícil de contestar sería: ¿en cuál [de estas dos sociedades] las mujeres tienen derechos más equitativos de comunicarse y desarrollarse?” (p63) (2) El discurso universal sobre los derechos considera que tales derechos son inalienables, pero Quebral plantea la dificultad de analizar el grado de realización de esos derechos y así subraya lo complejo que resulta comparar contextos diferentes.



Este fenómeno queda muy bien ilustrado en GISWatch 2013 – centrado en los derechos de las mujeres en línea – al comparar el informe de Tailandia con el de Bolivia. En Tailandia, dicen los autores, “debido a las normas culturales represivas sobre la propia sexualidad” y “a diferencia de las jóvenes de Estados Unidos, que pueden sufrir ciberacoso luego de publicar fotos semidesnudas en internet”, las chicas “se vuelven populares y famosas cuando publican fotos sexies o semidesnudas en internet como forma de conseguir aceptación…”. Esta práctica se considera una forma positiva de explorar la sexualidad; se ha vuelto “muy popular y está de moda”(p226). (3) Pero en Bolivia, resulta preocupante que “siete de cada 10 estudiantes acepten contactos desconocidos en las redes sociales y se muestren por cámara web o intercambien fotografías… Las adolescentes imitan las imágenes que ven en internet y se muestran como estrellas de cine y de rock, celebridades y top models, haciendo de su cuerpo y su imagen productos de mercado, sin tener en cuenta que están desarrollando conductas de riesgo potencial.” (p74) (4)



No se impuso ningún “marco” de derechos para los autores y autoras de esta edición del Monitor mundial sobre la sociedad de la información (MMSI) – aunque se alentó a todos y todas a trabajar con organizaciones defensoras de los derechos de género y a tener en cuenta la Metodología de evaluación de género de APC. En cambio, sí se promovió la “narración de historias” – con sus diversos puntos de vista y tendencias. El marco de “narración” es útil porque muestra claramente las zonas de dislocación, fractura y desafío – brindándole al/a lector/a la oportunidad de realizar un segundo análisis más profundo, en consonancia con el análisis contextual que propone Quebral.



Hay varias inquietudes comunes a muchos de los informes de países que reúne esta publicación – como la violencia en línea hacia las mujeres. Este tipo de violencia suele ser resultado del uso de las TIC con fines delictivos, como los secuestros en Argentina, o en Pakistán, dónde “cuatro mujeres fueron muertas en el remoto pueblo norteño de Gizar Alitray por haber sido vistas mientras pasaban un buen rato en una boda (acompañando una canción con palmas, o tarareando). Se publicó en internet un video del evento hecho con un teléfono móvil, con el fin de “deshonrarlas” a ellas y a sus familias. Como resultado, las mujeres fueron asesinadas para recuperar el “ honor” de la familia/tribu. Como indican los autores/as, “estos casos ilustran la creciente vulnerabilidad de las mujeres ante la tendencia expansiva de la teledensidad y [el acceso a] internet.” (p188) (5)



Por otro lado, varios informes tratan sobre el papel que tiene internet en relación al empoderamiento de las mujeres – ya sea por el acceso a las TIC, o a través de las campañas en línea para combatir violaciones (ver China) –, como sucede con el uso de la web para promover la gobernanza equitativa (ver, por ejemplo, Costa de Marfil e Islas Cook).



La diversidad de los tópicos sobre los que tratan las historias es grande e incluye: violencia hacia mujeres indígenas; derechos de trabajadores/as domésticos/as (en dos informes); lucha contra la mutilación genital femenina; aborto; casamiento de niñas; los derechos de los niños y niñas, y de las jóvenes; el secreto y la libertad y la expresión; capacitación; y uso de las TIC para supervisar problemas legislativos.



Si bien las bases de datos y la “producción de información” se consideran esenciales para revitalizar el discurso sobre los derechos (ver Ecuador), Corea del Sur muestra lo delicadas que se vuelven las cosas en el contexto de la digitalización de la información personal de las víctimas de violencia sexual y doméstica: “El hecho de que el gobierno haya obligado a las víctimas [de la Integrated Social Welfare Network] cuyas vidas están en peligro y viven escondidas en refugios muestra que las autoridades privilegian la eficiencia de los procedimientos por encima de los derechos humanos de las víctimas.” (p165) (6)



Japón muestra fuertes tensiones en la promoción de la igualdad de género en el contexto local y la autora sostiene que es necesario buscar un equilibrio entre la parte conservadora y la progresista para llegar a un acuerdo sobre lo que se puede querer decir con “derechos de género”. En una vena similar, Bulgaria muestra una fractura en la perspectiva sobre los derechos sociales y la exclusión, e incluso el rechazo de los grupos de LGBT en las movilizaciones masivas y las demostraciones: “Algunos y algunas activistas LGBT participan [en las protestas], pero no representan a su grupo e incluso ocultan su identidad homosexual”. (p81) (7)



Tal como se indica en varios informes de países – Pakistán, Uganda, Egipto –, religión y cultura suelen estar en conflicto con la universalidad de los derechos e incluso pueden tratar activamente de socavarlos:



… No se encuentran mujeres activistas progresistas que propongan soluciones sólidas para los problemas actuales de Egipto. En cambio, las mujeres que apoyan a los islamistas sí tienen planes concretos. Ellas exigen que las mujeres se retiren a sus hogares, que dejen la escena pública y vivan una vida más recluida, que se restituyan los valores morales tradicionales y se reduzca la necesidad de consumo propio, y que dejen de trabajar a fin de crear fuentes de empleo para miles de hombres jóvenes. Este se considera un primer paso fundamental para reducir el conflicto social y crear una sociedad y una nación que funcionen mejor. (p124) (8)



Los temas ausentes de estos informes de países, por decisiones siempre discutibles, son: una discusión más profunda sobre los derechos en línea de las personas transgénero y transexuales; (9) la participación de hombres jóvenes y adultos en los movimientos feministas en línea; un debate sobre la pornografía; y una reflexión más extensiva sobre el impacto de otras religiones, aparte del Islam, sobre los derechos de las mujeres – por ejemplo, el fundamentalismo cristiano.



Los informes temáticos que enmarcan los informes de países tratan sobre algunas de estas cuestiones y le dejaré a los lectores y lectoras la tarea de explorar algo que, al final, son debates orientadores excelentes, a cargo de expertos en el campo de los derechos de las mujeres e internet. Se trata de informes sobre el acceso a la infraestructura, la participación ciudadana, la sexualidad e internet, la violencia en línea hacia las mujeres, la seguridad digital, la desobediencia en línea, y la gobernanza. Para completar el trabajo, se incluye una innovadora línea de tiempo histórica sobre como influyen las mujeres sobre la tecnología y las ciencias, y un gráfico sobre las campañas en línea para la defensa de los derechos de las mujeres.



Editar este informe fue emocionalmente estresante y agotador – igual que sucedió con la edición de MMSI sobre derechos humanos de hace unos años. Hay algo en la narración de historias como forma de trabajo sobre cada país – en lugar de, por ejemplo, darle a los/as autores/as una serie de casillas para marcar, en tablas de análisis de políticas – que resulta muy enriquecedor y gratificante, pero se vuelve una experiencia sobrecogedora el tratar de entender las tensiones existentes entre lo contextual, lo relativo y lo universal (y también creo que es este estilo de narración de historias el motivo por el cual hay quienes dicen que MMSI constituye un buen material para que los y las estudiantes hagan preguntas en la clase). También es duro encontrarse de frente con intenciones maliciosas y violentas tan deliberadas como las que se registran en algunos de estos informes. Por estos motivos siento algo rallano con la admiración total hacia los y las activistas inteligentes, diferentes y comprometidos/as – más allá de la forma que asuma dicho activismo.



Esta edición de GenderIT.org se centra en MMSI 2013 y contiene entrevistas a algunos/as de los autores y autoras de los informes, entre ellos los de Islas Cook, Jamaica y Uruguay (próximamente se irán agregando más entrevistas). El objetivo era captar sus descubrimientos y sus inquietudes en relación a los derechos de las mujeres e internet en todo el planeta. También se ofrecen accesos rápidos a los informes de los países.

Footnotes

(1) Ver también MMSI 2011 (www.giswatch.org).

(2) Quebral, N. (2012) The Underside of Communication in Development. En Nordicom Review 33 (2012) Special Issue, pp. 59-64. Nordicom, Göteborg.

(3) Suksai C.; Kummetha T. (2013) Thailand: Thai cyber sexuality: Liberation, empowerment and suppression. En Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013: Derechos de las mujeres, género y TIC. APC e Hivos, Montevideo.

(4) Rojas, J. (2013) Bolivia: Preventing digital violence in schools. En Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013: Derechos de las mujeres, género y TIC. APC e Hivos, Montevideo.

(5) Sarwari A.; Bukhari G., Ahmad S. (2013) Pakistan: Shaping ICTs in Pakistan using women’s empowerment principles. En Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013: Derechos de las mujeres, género y TIC. APC e Hivos, Montevideo.

(6) So-young Park; Yeo-kyung Chang (2013) República de Corea: Digitising social welfare: Challenges of privacy. In Global Information Society Watch 2013: Women’s rights, gender, and ICTs. APC e Hivos, Montevideo.

(7) Vroom, R.; Antonov, P. (2013) Bulgaria: Divided movements, divided rights. En Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013: Derechos de las mujeres, género y TIC. APC e Hivos, Montevideo.

(8) Hassanin, L. (2013) Egypt: Gender and civil rights: How effective is women’s online activism? En Monitor mundial sobre la sociedad de la información 2013: Derechos de las mujeres, género y TIC. APC e Hivos, Montevideo.

(9) Ver proyecto EROTICS para conocer más: www.apc.org/en/node/7904

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