Quienes firmamos esta carta escribimos para demandar que se actúe de manera inmediata, extensiva y eficiente respecto de las representaciones de violaciones y violencia doméstica en Facebook. Específicamente te reclamamos a ti, Facebook, que emprendas tres acciones:
1. Admitas que el discurso que trivializa o ensalza la violencia contra niñas y mujeres es una expresión de odio, y te comprometas a no tolerar contenidos de ese tipo.
2. Entrenes a tus moderadores/as para que puedan identificar y retirar con eficacia las expresiones de odio por motivos sexuales.
3. Entrenes a tus moderadores/as para que entiendan que hay diferencias entre los efectos del acoso en línea sobre varones y sobre mujeres, y que esto se debe en parte a la pandemia de violencia contra las mujeres que existe en la “vida real”.
Con este fin, convocamos a que los/as usuarios/as de Facebook se comuniquen con los anunciantes cuyos mensajes aparecen próximos a contenidos en los que las mujeres aparecen como objeto de violencia, y soliciten a esas empresas que dejen de anunciar en Facebook hasta que este emprenda las acciones arriba indicadas para que en su sitio se prohíban las expresiones de odio por razones de género. (Vamos a crear conciencia y contactar anunciantes vía Twitter con la etiqueta #Fbrape).
Nos referimos específicamente a grupos, páginas e imágenes que consienten o alientan de manera explícita la violación y la violencia doméstica, o que sugieren que hay algo en ellas de lo que reírse o jactarse. Entre las páginas que se ven actualmente en Facebook se encuentran: “Dar patadas voladoras en el útero de putas”, “Patear a tu novia en la concha porque no quiere prepararte un sandwich”, “Violar a tu novia sólo por diversión” y muchas, muchas más. Entre las imágenes que se muestran en Facebook hay fotografías de mujeres golpeadas, magulladas, atadas, drogadas y sangrantes, y hay textos al pie que ponen: “Esta perra no se enteraba de que tenía que callarse” y “La próxima vez no te quedes embarazada”.
Estas páginas y estas imágenes son aprobadas por sus moderadores, a la vez que Facebook periódicamente retira otros contenidos, como fotos de mujeres amamantando, mujeres después de una mastectomía y representaciones artísticas del cuerpo femenino. Además, las manifestaciones políticas de mujeres que hacen un uso no sexual de su cuerpo en expresiones de protesta suelen prohibirse por considerarse pornográficas, mientras que se mantienen los contenidos realmente pornográficos, aunque están prohibidos en sus propios lineamientos. Parece que Facebook considera que la violencia contra la mujer es menos ofensiva que las imágenes no violentas de cuerpos femeninos, y que las únicas representaciones aceptables de la desnudez femenina son aquellas donde las mujeres se muestran como objetos sexuales o como víctimas de abusos.
La estimación global más reciente de la campaña de la ONU ¡Dí no a la violencia! indica que el porcentaje de mujeres y niñas que sufrieron violencia en su vida llega ahora a un intolerable 70%. En un mundo en el que esa cantidad de niñas y mujeres serán violadas o golpeadas en algún momento de sus vidas, permitir que se comparta contenido que acepta violar y golpear mujeres, o que se bromee o se presuma de ello, contribuye a la normalización de la violencia sexual y doméstica, crea una atmósfera que hace más factible que los delincuentes crean que resultarán impunes, y transmite a las víctimas la idea de que no se las tomará en serio si denuncian esos hechos.
Según una encuesta del ministerio del Interior del Reino Unido, una de cada cinco personas consideran aceptable que en determinadas circunstancias un hombre golpee o abofetee a su esposa o novia como reacción a que ella se presente en público vestida de manera sexy o insinuante. Y 36% piensa que una mujer debe tenerse como total o parcialmente responsable si se la agrede sexualmente o es violada mientras está ebria. Ese tipo de actitudes son moldeadas en parte por plataformas sociales de enorme influencia, como Facebook, y contribuyen a la culpabilización de las víctimas y a la normalización de la violencia contra las mujeres.
Aunque Facebook afirma, en una estrecha definición de la libertad de expresión, que no se mete en desafiar normas ni en censurar expresiones, establece procedimientos, términos y lineamientos comunitarios que interpreta y controla. Facebook prohibe las expresiones de odio, y sus moderadores se ocupan a diario de contenidos violentamente racistas, homofóbicos, islamofóbicos y antisemitas. Que se niegue a tratar de manera similar las expresiones de odio por razones de género pone a las mujeres y niñas en una situación marginal, desestima nuestra experiencia y nuestras preocupaciones y colabora con la violencia en su contra. Facebook es una enorme red social que tiene más de mil millones de usuarios/as en el mundo, lo que lo hace muy influyente en la definición de normas y conductas sociales y culturales.
La respuesta de Facebook a los millares de quejas y solicitudes a que se ocupe de estos problemas ha sido inadecuada. Nunca hizo una declaración pública respecto al asunto, tampoco dio respuesta a las preocupaciones de sus usuarios y usuarias, ni implementó políticas que hubieran mejorado la situación. Asimismo, actuó de manera incoherente respecto de su política para la prohibición de imágenes, negándose muchas veces a retirar fotos ofensivas de violaciones y violencia doméstica denunciadas por integrantes de su público, si bien las borra inmediatamente cuando son mencionadas en artículos periodísticos, transmitiendo la idea de que le preocupa más actuar según un criterio caso a caso para proteger su reputación, que proceder a un cambio efectivo y tomar una postura pública contra la peligrosa tolerancia de la violación y la violencia doméstica.
En un mundo en el que cientos de miles de mujeres son atacadas a diario, y en el que la violencia de la pareja sigue siendo una de las principales causas de muerte de mujeres en todo el mundo, no es posible no tomar partido. Solicitamos a Facebook que tome la única decisión responsable y que emprenda acciones inmediatas y claras sobre este problema, de modo que su política sobre la violación y la violencia doméstica se alinee con sus propios objetivos para la moderación de publicaciones y sus lineamientos.
Women, Action & the Media, Everyday Sexism Project, Soraya Chemaly, y cosignatarios
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