En el movimiento de mujeres sabemos que los intercambios y vivencias en los espacios digitales reflejan la vida real y que lo que ocurre fuera de línea llega al mundo virtual con impacto a veces desmedido, por la repetición de los mensajes en redes y sitios web y por el carácter viral que pueden tomar estos mensajes, con alcances y efectos inesperados.
Cuando se discute la posibilidad de contar con espacios participativos en la web, abiertos a la expresión y participación ciudadanas, es sustancial considerar las bases de convivencia sobre las cuales estamos cimentando la sociedad de la información que construímos a diario, con cientos de miles de mensajes, imágenes y sonidos. Si hablamos de ciudadanía digital, también es importante hablar de participación y respeto de derechos, entre ellos el respeto a una vida sin violencias.
En la discusión de un nuevo documento sobre sociedad de la información en América Latina y el Caribe, que incluye un plan de acción, fue significativo prestar atención a estas cuestiones. ¿Qué tipo de sociedad de la información se está construyendo en la región? ¿Es participativa? ¿Favorece los contenidos abiertos, la creación de contenidos propios, el intercambio de conocimientos? ¿Se respetan en los espacios virtuales los derechos de las personas y las distintas expresiones culturales? ¿Se respetan la libertad de expresión, de opinión y de asociación? ¿Cómo se reacciona ante el sexismo, la discriminación o la violencia de género en la red?
El Programa de derechos de las mujeres de APC hizo un aporte al documento teniendo en cuenta estas preguntas que concitan la atención de las activistas por los derechos de las mujeres en todos los ámbitos, incluyendo internet. Este programa viene desarrollando desde 2005 una actividad comprometida con poner fin a la violencia contra las mujeres en internet y con el uso de tecnologías de información y comunicación. Con el uso de estas tecnologías han aparecido nuevas manifestaciones de la misma violencia de género ya por todos conocida y largamente denunciada en todos los ámbitos, nacionales, regionales e internacionales. Por lo tanto, es importante puntualizar que una sociedad de la información que se considere democrática y respetuosa de los derechos humanos no puede dejar lugar a dudas en su tratamiento de la violencia de género en los espacios digitales.
Al respecto, el aporte del Programa de derechos de las mujeres señala que es “sumamente necesario que se sume en el marco del Plan de acción explícitamente el término de violencia de género. Utilizar correctamente y claramente algunos términos contribuirá a generar una mayor conciencia y principalmente comprometer el desarrollo de acciones tendientes a trabajar los temas de violencia contra las mujeres en este nuevo contexto. ¿Qué son las normas de “buen comportamiento”? Las mujeres están viendo aún más debilitada su seguridad a raíz del desarrollo de las TIC sin una reflexión y acciones concretas. Este ha sido, y es aún, un espacio vacío de políticas que debe ser construido rápidamente buscando evitar su continua expansión y abordando desde las TIC también las problemáticas de violencia de género”.
Las mujeres quieren participar de la sociedad de la información con sus aportes, sus conocimientos y saberes y con toda su creatividad y activismo en temas sociales, políticos, económicos y culturales. Construir una sociedad de la información que no de espacio a la violencia ni real ni virtual es responsabilidad de todos y todas.
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