Muchas pasaron en pareja a tomar los “test” – encuestas sobre seguridad digital y violencia de género relacionada con la tecnología. Jóvenes, parejas adultas, madres con sus hijos e hijas. Nunca imaginábamos el interés que generaría la posibilidad de poner conocimiento y experiencia a prueba, y el estudio sociológico inesperado que surgiría.
Pusimos el puesto de ¡Dominemos la tecnología! México en el Festival de las Vivas contra la violencia de género con el afán de sensibilizar en violencia relacionada con la tecnología y dar consejos sobre Facebook. Estábamos listas con sellos y tinta rosa y negra para quienes quisieran realizarse un tatuaje temporal de la campaña o del consejo “cuídate, usa HTTPS”.
Pero el verdadero “imán” fueron los “tests”. Y lo fascinante era ver la interacción de género y de pareja con relación a quién y cómo contestarían. ¿Tu pareja te pide tu contraseña? ¿Te revisa el celular? ¿Alguien ha difundido fotos tuyos sin tu consentimiento? ¿Has sufrido acoso en internet?
Muchas parejas contestaron con actitudes juguetonas del tipo: “ya ves, te dije que no está bien que me pidas la contraseña…”. Otras, al empezar la encuesta, dedicieron que era mejor abandonarla – ¿demasiado cerca a su realidad, quizás? Madres o parejitas de novios reciientemente formadas descubrieron acerca de acosos pasados. La evidencia de manipulación en el noviazgo moderno no fue sorpresivo pero si decepcionante. Más de la mitad de las jóvenes reportaron que sus novios exigían sus contraseñas y revisaban sus celulares. Algunas dijeron que les pedían la contraseña pero que no se la daban y otras dijeron que ellas también hacían lo mismo. ¿Será que el derecho a la privacidad se desvanece con el amor?
Y también salieron a la luz historias terribles. De sexting y humillación, de acoso y tormento psicológico (con la duda de quién pudo ser el (¿la?) agresor/a), de pérdida de empleo, de suicidio.
La otra encuesta indagaba en el grado de conocimiento sobre seguridad digital. De casi cien que se animaron a hacer la prueba, solamente dos conocían a todos sus contactos en Facebook. Más de la mitad jamás habia cambiado su contraseña, y casi la misma cantidad contestó que usaban la misma contraseña en más de un servicio. Pocos conocían sobre HTTPS. Pero esperamos que quienes pasaron hayan regresado a sus cuentas a hacer cambios vitales en la configuración de privacidad y seguridad.
Llevamos la encuesta a otros espacios, como los cine-debates para jóvenes durante los 16 días de activismo contra la violencia de género. Queriamos sensibilizar en la relación entre violencia en el noviazgo y violencia relacionada con la tecnología. Cuarenta y cinco jóvenes respondieron a nuestra encuesta. De ellas/os, 46% reportó cuentas hackeadas, y el mismo porcentaje sufrió acoso o amenazas en internet. Solo 7% de las personas comentaron que fotos íntimas suyas habían circulado sin consentimiento. Además otro 16% reportó que su pareja o ex pareja revisaba sus celulares, computadoras o correo electrónico. El 18% de las personas encuestadas informó que su pareja habia exigido su contraseña de Facebook o correo.
Entre risas, codazos, indignación, seriedad y miradas sorprendidas (“¿Esto no está bien? ¿Que me pida mi contraseña?”) preguntaron cómo hacer para estar más seguras en línea. Poco a poco, en todos lados, dominaremos la tecnología.
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