Quizás resulte extraño que en una reunión sobre acceso a la tecnologia discuta temas que tienen que ver con la autoestima de las mujeres, la necesidad de transformar la imagen que los hombres y las mujeres tienen de sí mismos, y la relevancia de trabajar por nuevos paradigmas en los que las mujeres se comprendan como sujetas de derechos y sujetas de desarrollo.


En esta reunión latinoamericana sobre mujeres rurales y TIC están presentes instructores/as y facilitadores/as que pusieron a prueba en México y en varios países latinoamericanas una herramienta creada por Modemmujer para introducir a las mujeres de áreas rurales al acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación. En la discusión fue más que claro que a estas mujeres no sólo les faltan las computadoras, los modems, y la infraestructura para acceder a las mismas, sino que existen barreras previas que deben ser derribadas para que este acceso pueda concretarse.


¿Hasta cuando tendremos que escuchar que las mujeres necesitan "pedir permiso" para capacitarse? O deben superar miedos, muchas veces inculcados como parte del discurso del sometimiento:"no sabes", "vas a romperlo", "arruinas todo". La autoexclusión que practican muchas mujeres, que aún teniendo una computadora en casa jamás se animaron a tocarla, o si lo hacen, es a escondidas de sus hijos o de sus maridos, implica considerar las cuestiones subyacentes, de origen cultural y social, y las construcciones simbólicas que se erigen alrededor de una tecnología que aparece como inaccesible para el común de las mujeres, en especial si tienen las manos toscas por trabajar la tierra, o si apenas cursaron los primeros grados de la escuela, o si bajan al pueblo una vez por semana y este taller que parece tan interesante debe ser combinado con otros mil recados y compras.


Se hace fundamental trabajar por el acceso a la tecnología como un derecho de las mujeres, y al hacerlo, tener en cuenta los contextos culturales en los que ellas viven. También es importante incluir en la discusión sobre las TIC un reconocimiento a los saberes y sentires de las mujeres. Es muy interesante constatar que en las distintas experiencias de capacitación que se gestaron en el marco de este proyecto, los cursos se convirtieron en "espacios de mujeres", donde al compartir los aprendizajes y conocimientos se fortaleció su formación como sujetas y se alentaron las opiniones y decisiones propias.

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