ATENAS, Grecia -- Gracias señor presidente
Siguiendo la mejor tradición de la diplomacia, diré “Todos los protocolos han sido observados”.
Quiero agradecerle a los organizadores por invitarme a este panel y plantear algunas inquietudes claves de los actores de la sociedad civil. Me interesa desafiar al FGI a responder con valentía a las cuestiones de cómo avanzar en la agenda de derechos humanos y desarrollo, y generar un impacto significativo en cuanto a estrechar la brecha digital para las mujeres, los países en desarrollo y los pobres en general.
La estructura de mi aporte se centra en cinco puntos claves:
1. cultura de derechos humanos y libertad de expresión dentro de la sociedad de la información
2. acceso a internet universal y asequible
3. capacitación para los países en desarrollo en los procesos de gobernanza de internet y la toma de decisiones
4. crear un proceso y un espacio inclusivos, y
5. el FGI como proceso y camino hacia Río.
1. Agenda de gobernanza de internet y derechos humanos
Los derechos humanos fueron claves en el proceso de la CMSI. En la fase de Ginebra, los actores de la sociedad civil generaron una energía importante y crearon una amplia coalición que presionó en defensa de la importancia de la presencia de los derechos humanos en los documentos resultantes. En la fase de Túnez, la sociedad civil dirigió la atención hacia las pesadas tácticas del gobierno tunecino para reprimir las actividades y la libertad de expresión de los activistas nacionales por los derechos humanos, usando filtros en el sitio web, intimidando y encarcelando a periodistas, entre otras cosas.
Cada vez se hace un mayor filtrado de contenidos, con el pretexto de proteger la seguridad de grupos vulnerables como los niños y niñas – pero también se hace a menudo con la intención de proteger a los gobiernos de las campañas críticas de la ciudadanía.
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A raíz de las intimidaciones por parte del Estado o algún organismo de gobierno, cada vez se reprime más la libertad de expresión y se aplica más regulación de contenidos con la colaboración de empresas comerciales, como los proveedores de servicios de internet y los compiladores de contenidos.
Habría que defender la libertad de expresión de las infracciones del gobierno y los actores no estatales. Internet es un medio para el intercambio público y privado de opiniones e información a través de las fronteras. Los individuos deben tener la posibilidad de expresar opiniones e ideas, y compartir información libremente cuando usan internet.
En el espacio post-CMSI, hay una necesidad urgente de fortalecer los medios para hacer respetar los derechos humanos en la sociedad de la información, mejorar la presencia de dichos derechos en las legislaciones y prácticas nacionales, fortalecer la educación y la conciencia sobre el desarrollo basado en los derechos, y hacer de las normas sobre derechos humanos, cuestiones de políticas TIC.
2. Asegurar que el acceso a internet sea universal y asequible
El ancho de banda es el oxígeno de la economía del conocimiento mundial, pero es escaso allí donde más se necesita –en los países en desarrollo, que necesitan comunicaciones de bajo costo para acelerar su desarrollo socioeconómico. Unas pocas escuelas, bibliotecas, universidades y centros de investigación de Africa tienen acceso a internet. Para quiénes pueden pagar, los costos son mil veces más caros que en el mundo industrializado. Los centros de excelencia más reconocidos de Africa tienen un ancho de banda menor que un/a usuario/a privado de América del Norte o de Europa, y debe compartirlo con miles de otros usuarios/as.
A pesar de la conocida rapidez de expansión de internet, cerca de cinco de los 6.000 millones de habitantes del mundo no tienen acceso. Por lo tanto, el acceso debería ser el tema más importante para la mayoría de las personas, sobre todo en los países en desarrollo, donde las personas deben pagar hasta 15% de sus ingresos en concepto de costos de comunicación, mientras los habitantes de los países industrializados gastan 3% de sus ingresos en ese rubro.
Internet es un espacio público global que debería ser abierto y accesible a todos y todas, sobre una base de no discriminación. En este sentido es que reconocemos a internet como bien público global. El acceso al mismo es de interés público y debe ser un servicio de carácter público.
Para cumplir con el mandato del FGI en relación a la disponibilidad y asequibilidad de internet, hay que resolver dos cuestiones urgentes de la gobernanza de internet – costos e infraestructura deficiente en el mundo en desarrollo.
La pregunta es cómo hará el FGI llevar a cabo la tarea de asesorar a los grupos de interés para proponer formas de acelerar la disponibilidad y asequibilidad de internet en el mundo en desarrollo.
3. Capacitación
La fase de la CMSI estuvo marcada por una participación asimétrica y desigual de países en desarrollo y actores no gubernamentales, y los gobiernos del mundo en desarrollo estuvieron mayoritariamente ausentes de los espacios de políticas y toma de decisiones.
Uno de los desafíos para el FGI es mantenerse inclusivo y dedicarse a resolver cómo lograr los objetivos establecidos para enfocarse en la gobernanza de internet teniendo en cuenta las necesidades y prioridades de los países en desarrollo.
Para responder adecuadamente a este desafío, el FGI debe ser significativo y relevante en lo nacional, vinculándose a procesos nacionales.
Lo principal debe ser la preocupación por generar una comprensión de los procesos técnicos, así como facilitar la integración de los valores de los derechos humanos por parte de todos los gobiernos del mundo en desarrollo y los países industrializados.
4. El FGI y la participación – [por ejemplo, el aporte de género]
El FGI ha suscitado un grado de interés inesperado y sin precedentes entre varios grupos de interés. Se ha ganado el lugar de ser quizá “el” espacio legítimo post-CMSI, donde diferentes grupos de interés podrán intercambiar ideas y las mejores prácticas con el fin de salvaguardar y lograr que internet sea un bien público global, además de profundizar la conciencia de valores compartidos como apertura, transparencia e igualdad, entre otros.
Es un éxito que el FGI haya logrado organizar un evento mundial en un breve período de tiempo y con escasos recursos. Ha destinado mucho espacio y energía a asegurar la participación de las mujeres en sus procedimientos, sobre todo en el panel de apertura y las sesiones principales.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de la organización, una rápida mirada a los programas de los talleres –y también de este salón- confirma que estos espacios siguen estando dominados por los hombres, lo que es inaceptable.
Uno de los desafíos de todos los grupos de interés interesados en buscar maneras de extender el uso de internet y fomentar su crecimiento consiste también en generar una participación significativa de todos/as los/as interesados/as, y especialmente de las mujeres, que representan poco más de 50% de la población mundial.
El FGI debe dedicarse a buscar la forma de ofrecer guía y liderazgo para ampliar la participación de las mujeres y las organizaciones que carecen de recursos, para que puedan participar en el debate, los espacios y los procesos mundiales de toma de decisiones sobre la gobernanza de internet.
5. El FGI como proceso
Para terminar, señalo un punto sobre el FGI como institución y proceso:
Las reuniones del FGI deben ser anuales y constituir un espacio en el que todos los grupos de interés puedan compartir las lecciones y las mejores prácticas, a nivel nacional y local, facilitadas durante las intervenciones del FGI.
El grado de interés de todos los interesados/as en los procedimientos del FGI constituye una responsabilidad.
Este encuentro en Atenas debe ser el principio de un proceso de crecimiento y enraizamiento. Esperamos que se genere un proceso y una serie de planes que sirvan para apuntalar a los diversos grupos de interés y los conduzca con entusiasmo a la próxima reunión de Río de Janeiro.
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