Del 6 al 9 de diciembre se llevó a cabo el undécimo Foro de Gobernanza de Internet en Guadalajara, México. Esta plataforma auspiciada por la ONU, funciona como espacio de diálogo entre las partes interesadas que hacen a la gobernanza de internet. Entre todos los temas que atañen a esta vasta materia, varias fueron las sesiones en las que la cuestión de género fue abordada. La percepción es que aunque estos espacios son de gran valor, aún queda camino por recorrer en el establecimiento de una perspectiva transversal a los temas que se tratan en el Foro.
Un rasgo común de las sesiones que trataron distintos aspectos de la cuestión de género e internet, es que las mismas estaban colmadas principalmente por mujeres. Desde ya que lograr que estos espacios se encuentren a capacidad completa indica una victoria, sin embargo, para que la perspectiva de género resulte una variable primaria, es necesario que los varones que integran espacios de poder -o no- se involucren y sean aliados en la construcción de una plataforma que respete no solo la perspectiva de género sino también las múltiples aristas que adopta la misma en distintos contextos culturales y regionales.
Alternativas para cerrar la brecha de género
Uno de los espacios de mayor concurrencia fue la sesión de Género y acceso a cargo de Renata Aquino y Anri van der Spuy en la cual se presentaron los resultados de una investigación realizada en 2015 acerca de la violencia online hacia las mujeres. Durante la sesión, se abordaron varias preguntas en relación al vínculo entre género y acceso, principalmente poniendo foco en la importancia de percibir el valor que existe en el acceso de las mujeres a internet.
Es necesario que los varones que integran espacios de poder se involucren y sean aliados en la construcción de una plataforma que respete la perspectiva de género
Una internet en la que faltan las voces de las mujeres es una internet menos plural, y todos nos vemos empobrecidos por estas ausencias. Claro, que también es necesario problematizar qué entendemos por acceso y qué entendemos cuando se habla de la importancia de conectar al próximo billón, uno de los temas más recurrentes del IGF.
Algunos de los interrogantes que surgen a partir de ello, son ¿para quiénes es importante que las mujeres accedan a internet y en qué tipo de acceso estamos pensando cuando nos referimos a eso? ¿el acceso sólo contempla la participación de mujeres como usuarias o también como creadoras de tecnología? ¿Conectar “a las mujeres desconectas” significa someter a las usuarias al régimen actual de negocios basado en la extracción de datos1? ¿Conectar a las mujeres significa que tengan “acceso” a una internet vallada como la que se propone Free Basics?
Respecto a lo anterior, las comunidades de redes libres representadas en la sesión por Peter Bloom, de Rhizomatica, plantean la necesidad de pensar en modelos alternativos que incentiven a lxs usuarixs a ser protagonistas en su propio acceso a internet y en el mismo movimiento, cimentar nuevas formas de conexión descentralizadas y alternas a los modelos de dominación y vigilancia global.
Uno de los puntos fuertes de la sesión fue el llamado a abandonar fórmulas universales para sortear la brecha de género en el acceso a las TIC. Es primordial considerar los contextos culturales de las mujeres, su diversidad en edad, clase social y pautas de socialización para el abordaje de cualquier problemática relativa a estos temas. Cada grupo de mujeres según su edad y región plantean desafíos distintos que deben ser enfrentados atendiendo sus necesidades específicas.
Visualizar estas variables es crucial para entender las diferencias de acceso y así orientar recursos para superarlas. Al respecto, las oradoras señalaron algunos puntos críticos al momento de analizar los resultados de su investigación y que arrojan luz para entender la complejidad de tamaña cuestión. Es así, que señalaron la importancia de considerar los roles de género de las comunidades en las que participan las mujeres y qué valor tienen las TIC en la vida pública de aquellas comunidades a las que pertenecen.
Vigilancia, sexualidad y libertad de expresión
Anudado a ello, se encuentra el modo de vigilancia social derivado del ejercicio de tecnologias en la vida pública o familiar. Por ejemplo, existen culturas que prohíben a las mujeres tener un celular, a veces por falta de recursos y autonomía financiera, otras veces porque los padres, maridos, hermanos no quieren que las mujeres accedan a los contenidos disponibles en la web que “pudieran pervertirlas”.
En otros casos, puede suceder que las mujeres acceden a un celular de segunda mano, ya utilizado por algún familiar varón, y el uso se vea monitoreado y controlado lo cual genera nuevos desafíos para un acceso libre a las TIC. Estos contextos familiares y culturales que a la vez se ven permeados por diferencias de edad, situación conyugal y clase social, son variables determinantes en el acceso. Y si tenemos en cuenta además el impacto que mejores o peores infraestructuras de internet pueden tener según cada región, observamos un escenario complejo que no admite reduccionismos en la búsqueda de soluciones.
Existen culturas que prohíben a las mujeres tener un celular, a veces por falta de recursos y autonomía financiera, otras veces porque los padres, maridos, hermanos no quieren que las mujeres accedan a los contenidos disponibles en la web que “pudieran pervertirlas”
Es por eso que cualquier política orientada a saldar la brecha de género en acceso a las TIC debe atender a lo mencionado anteriormente, entendiendo que la violencia hacia las mujeres “online” no es un epifenómeno de la violencia “offline”, es lisa y llanamente violencia hacia las mujeres tal y como viene existiendo y mutando desde hace siglos. Por lo tanto, es necesario tener a la vista que “las barreras de acceso son las mismas que las barreras patriarcales”.
Las amenazas, el maltrato y el acoso como lo conocemos hoy en día son también muros en el acceso a las TIC y ejercicio de libertad de expresión y una de las aristas de este tema fue discutida en la sesión acerca de “Sexo y Libertad de Expresión”. Dicho espacio partió de la premisa que sugiere que la expresión de la sexualidad es una expresión igual de legítima a cualquier otra forma de expresión. Este planteo viene a cuestionar ciertos discursos circulantes -en parte avalados por la opinión pública y en ocasiones por algunos gobiernos- que ven a la sexualidad como una práctica secundaria, vergonzosa y exclusivamente íntima, y por lo tanto, terreno de lo individual.
En función de esto, Jac sm Kee, de APC, advertía que el discurso sexual nunca es percibido como discurso político y que esto representa un problema para la libertad de información y su impacto en otros derechos, debido a que por ejemplo, hoy en día existen gobiernos que no pueden percibir el valor de internet para el ejercicio de los derechos sexuales y respaldan regulaciones en favor de la decencia pública, como la ley anti pornografía en Indonesia, o la penalización de personas que acceden a sitios y aplicaciones para arreglar citas tal como sucede en la India.
El discurso sexual nunca es percibido como discurso político y que esto representa un problema para la libertad de información y su impacto en otros derechos
Es fundamental tener en cuenta como esta situación tiene agravantes para las personas LGBT, y al respecto Bishakha Datta, señalaba que al menos hay 76 países que cuentan con leyes que prohíben la homosexualidad, criminalizan las relaciones LGBT, y la propaganda de la homosexualidad como por ejemplo sucede en Rusia y Lituania.
En estos contextos opresivos para el ejercicio y disfrute de una sexualidad, las herramientas que potencian el anonimato se vuelven aliados cruciales para poder expresarse e incluso para conservar la vida. Si bien, es fundamental tener presente que las herramientas de seguridad digital sólo pueden proveer ciertos niveles de anonimato y difícilmente puedan ofrecer una protección contra cualquier tipo de ataque, estas herramientas pueden funcionar como salvaguarda para el ejercicio de la sexualidad y por lo tanto, de la libertad de expresión.
De acuerdo a lo anterior, cabe mencionar, que incluso el anonimato se ve afectado por los roles de género y contextos culturales. En la India es común que los varones circulen videos de violaciones en los que bajo ninguna circunstancia, intentan esconder sus rostros y comparten así, dichos videos como si fueran un material pornográfico más. Y como fue enunciado previamente, es menester defender los discursos sexuales, incluso aquellos que son pornográficos. Y uno de los desafíos, será discutir cual el límite de la pornografía, el cual en principio debe ser el consentimiento entre personas adultas.
Una sugerencia del público asistente a la sesión estuvo relacionada con la idea que los sitios pornográficos aclaren que las relaciones sexuales disponibles en los sitios, fueron consentidas y entre adultos. Este detalle no es menor si consideramos que gran parte de la sociedad aprende de educación sexual mirando pornografía, debido a que en muchas culturas -y sin ir más lejos, en algunas provincias de la Argentina- ni las familias ni las escuelas brindan educación sexual. En Nepal, el honor es uno de los valores de mayor trascendencia cultural, característica que impacta en la decisión de no impartir educación sexual y también en la -mala- regulación de internet al prohibir 100 sitios relacionados con contenido sexual.
Una sugerencia del público asistente a la sesión estuvo relacionada con la idea que los sitios pornográficos aclaren que las relaciones sexuales disponibles en los sitios, fueron consentidas y entre adultos
Sin embargo, no todas son malas noticias. Cada vez más se forman alianzas, amistades y conspiraciones que buscan poner en hacke la violencia hacia las mujeres proponiendo auto defensa y empoderamiento para nosotras. Algunas de estas iniciativas se cristalizaron en el FemHackParty del 8 de diciembre organizado por Derechos Digitales, Fundación Karisma, Coding Rights, Observatorio de la Juventud, Laboratorio de Interconectividades, Palabra Radio, Luchadoras y APC.
Este tipo de encuentros e iniciativas nos hacen reflexionar a través de nuevas formas de creativas de lucha contra la cultura patriarcal y además inauguran nuevos terrenos para encontrarnos y pensar-nos juntas en la construcción de una internet inclusiva y respetuosa de nuestras identidades insurgentes.
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