Nicaragua, poco más de seis millones de habitantes, ubicado en el ombligo del continente americano. Ahí. Si, aquí se teje ciberfeminismo.
Todo empezó al hacernos la pregunta: ¿Qué significa que hagamos todo a través de Facebook y que nos veamos cara a cara sólo cuando tenemos actividades? Por supuesto no teníamos una única respuesta. Sentimos la necesidad de tener un espacio para hablar de la intersección entre mujeres, feminismo y tecnología. Y claro, que al buscar mujeres y tecnología, la internet nos llevó al ciberfeminismo y nada volvió a ser igual.
Más y más preguntas empezaron a surgir a medida que nos íbamos encontrando con artículos de Remedios Zafra y Monserrat Boix… qué gran descubrimiento encontrar el trabajo de las Fosschix en Colombia y más adelante leer el Manifiesto Cyborg. Y es que una de las cosas que nos quedó claro desde el principio es que hay múltiples maneras de acercarse al ciberfeminismo; y que, igual que el feminismo, está en constante evolución.
Descubrimos al ciberfeminismo como una teoría, una categoría de análisis; pero también como una herramienta de acción política en la red. Descubrimos que internet no es neutra: que las mismas expresiones misóginas con las que lidiamos en nuestra cotidianeidad física, nos persiguen en línea. Aprendimos a dar valor a nuestros conocimientos y a la vez a valorar los conocimientos de la otra: lo que nos llevó a generar espacios en los que el conocimiento se compartiera de manera horizontal. Nos preguntamos ¿qué podemos hacer para enfrentar la violencia digital por razones de género? Y logramos identificar la carencia de espacios seguros para las mujeres: y el impacto que puede tener en nuestras vidas participar en uno de estos espacios.
En estos cuatro años de trabajo continuo, hemos enfocado nuestros esfuerzos en crear espacios de reflexión, formación y acción política para contribuir al empoderamiento de las mujeres a través de la tecnología. Pero para nosotras la tecnología en sí misma no es lo más importante; lo importante son las mujeres que la están utilizando. Es a través de la reflexión colectiva y el uso creativo y político, que esperamos contribuir a reducir las expresiones de desigualdad y violencia machista que caracteriza espacios como internet.
Descubrimos al ciberfeminismo como una teoría, una categoría de análisis; pero también como una herramienta de acción política en la red. Descubrimos que internet no es neutra: que las mismas expresiones misóginas con las que lidiamos en nuestra cotidianeidad física, nos persiguen en línea
Nos han dicho que las feministas somos unas metiches y que queremos analizar y “arruinar” todo. No lo negamos. El feminismo parte de reconocer que vivimos en un sistema patriarcal, sobre el cual se han fundado todos los ámbitos del conocimiento; y en el que se espera que las mujeres se mantengan en el ámbito privado. Así, la tecnología es un ámbito en el que históricamente se ha invisibilizado la participación de las mujeres; en el que las mujeres que expresan su opinión públicamente son objeto de comentarios maliciosos y acoso; en el que las mujeres que participan de colectivos tecnológicos mixtos son relegadas a tareas de logística; y en el que constantemente se pone en duda nuestra capacidad de acción.
A partir de esa clara conciencia es que desde enREDadas venimos tejiendo redes entre mujeres jóvenes, redes que han permitido conocernos, discutir temas relegados en las agendas de quienes dominan el discurso de “lo tecnológico” en nuestro contexto, identificar y denunciar problemáticas de género asociadas a las tecnologías y hacerlas visibles a través de acciones on y offline que poco a poco van dejando eco en nosotras y en otras.
Asumirnos autónomas ha implicado muchas pruebas, principalmente mantenernos activas y desarrollando actividades sin disponer de recursos; pero también nos ha dado la libertad de explorar los temas que no están en las agendas de otras iniciativas feministas a nivel local y que desde nuestra sensibilidad como comunicadoras y activistas feministas, también son relevantes, pues aluden a problemáticas contemporáneas que son sentidas por todas las que nos apropiamos de las tecnologías: ya sea para desarrollar proyectos personales o para defender los derechos humanos.
Las mujeres que participan de colectivos tecnológicos mixtos son relegadas a tareas de logística; y en el que constantemente se pone en duda nuestra capacidad de acción
La interacción con las mujeres que asistían a nuestras actividades durante los dos primeros años de trabajo nos llevó a identificar que el arte es otro gran ámbito, que en la modernidad viene de la mano de la tecnología, en el que es necesario desarrollar acciones de impacto positivo para las mujeres creadoras emergentes. Y así nace la idea de retomar el concepto LadyFest y adaptarlo a las necesidades locales de Managua
El arte, la tecnología y el feminismo se entretejen en nuestro trabajo: el ciberfeminismo nos ha llevado por caminos inesperados, a conocer aliadas y explorar temáticas que no visualizamos en nuestros inicios. Mientras se escriben estas líneas estamos en un proceso de transformación y fortalecimiento: apostando todo a este proyecto colectivo, que esperamos siga conectándonos con más y más mujeres en los próximos años.
enREDadas es una iniciativa ciberfeminista, radicada en Managua y que trabaja desde el 2013; cuyos objetivos se definen a partir de la necesidad de reflexionar sobre la vivencia de las mujeres con la tecnología y la internet, particularmente la vivencia de las mujeres jóvenes
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