¿Recuerdan cuándo abrieron su primera cuenta de correo electrónico? estaba en la preparatoria y una amiga en la sala de computación de la Biblioteca pública me ayudó, de eso ya diez años.
Antes, conectarse a Internet, era una “lata”, era decidir entre usar el teléfono de la casa o conectarme a la “red”. En más de una ocasión discutí con mi madre porque ella necesitaba con urgencia el teléfono, y claro, yo usaba con urgencia internet.
Para mí, internet llegó “de repente” y no sabía qué hacer con ella, pero tampoco nunca me dijeron que podía hacer con allí. Mis clases de computación en el colegio eran sobre paint y jugar pac-man y, en la secundaria el equipo era tan viejo que aprendí a usar el procesador de texto a partir del código de programación. Algo que pocas veces cuento, es que estudié la carrera técnica en programación. Éramos un grupo pequeño de chicas, con ese ímpetu y espíritu técnico, probablemente solo 2 de 15 continuaron con la formación.
Barreras a superar para garantizar la participación
¿Entonces, dónde están las mujeres jóvenes en Internet?, en México, según la última encuesta de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), el 71% de los internautas son jóvenes de entre 13 a 34 años, con un patrón de consumo, acceso, navegación y conexión. La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), 2015, señala que 49.4% de los internautas son mujeres, una leve diminución, en el 2014 eran 49.9%, en el 2013, 50% (1).
¿Qué pasa con las mujeres jóvenes y su conexión?, por los resultados de las encuestas podemos suponer que estamos conectadas, pero ¿cómo nos conectamos y para qué nos conectamos?
Más allá de los números, dos brechas de género y algunas barreras a superar
Más allá de los números, existen dos brechas de género, la primera en el acceso a internet, producto de varios factores: económico, sociocultural y académico; la segunda, la alfabetización y las habilidades digitales.
La brecha de contar con infraestructura para poder conectarse y acceder ha reflejado una disminución en los últimos años, pero, ¿qué pasa cuando las mujeres y sobre todo las jóvenes se conectan?, sencillo, nos enfrentamos a varias barreras dentro de internet:
- Somos consumidoras, pero no creadoras.
- Ser mujer vs ser ingeniera: apenas en los últimos años he visto campañas que fomenta que las niñas sean ingenieras, investigadoras o científicas. Antes ni pensarlo, “no es una carrera para una mujercita”, y, no se fomenta el espíritu, la curiosidad o el talento “ingeniero”: el mejor ejemplo son los juguetes que de niña una recibe: muñecas, cocinita, la planchita.
- El contenido no está pensado en forma femenina (2), ya que los desarrolladores son hombres y el contenido elaborado es a partir de una mirada masculina.
- Violencia y acoso digital, un común dentro de las prácticas de Internet es el acoso, compartir información o material gráfico privado, trolles que violentan y amenazan, discursos de odio. A esto le podemos sumar la ciberseguridad, la porno venganza y la forma en que se ha mitificado el sexo en internet como una práctica para chantajear.
- El costo de conectarse, para acceder a internet: lo puedes hacer desde casa, el trabajo o la escuela, pero si no cuentas con ese servicio se limitan las oportunidades de conexión y si quieres hacerlo desde tus propios medios, es un costo alto para una estudiante/trabajadora.
- “Todo México es territorio (inserte el nombre de su compañía de telecomunicaciones)”, ni todo el país cuenta con acceso a internet y los espacios públicos que cuentan con wifi gratis lo hacen con una banda ancha muy pequeña.
-Desconocimiento de los derechos digitales y de los principios de una internet feminista.
- Ver más allá de Facebook: no necesitamos una encuesta (aún así todas lo dicen) para saber que las y los jóvenes están en las redes sociales y son esas redes las que consideran como internet, cuando internet es mucho más.
- Eres víctima y victimaria- la elaboración de políticas públicas que más allá de educar, erradicar y sancionar, buscan automáticamente un culpable, en su caso es la mujer por compartir (por ejemplo la campaña de “Piensa antes de Sextear”), violando el derecho de las mujeres al ejercicio libre de su sexualidad.
- Miedo a navegar/publicar: previó al LACIGF 9 se realizó el 1er Youth LACIGF y uno de las cuestiones que más llamó mi atención de las reflexiones de las participantes fue el desconocimiento a su privacidad en internet, el temor a compartir o publicar algún contenido, a sufrir violencia o acoso, y la creencia de que no se puede navegar de manera segura.
Navegación segura para lograr empoderamiento
Si no podemos garantizar que las jóvenes naveguen de manera segura en internet, entonces, algo estamos haciendo mal. Nos debe quedar claro que denunciar y exigir el respeto a los derechos digitales no es trabajo único ni exclusivo de las organizaciones de la sociedad civil. Debe de realizarse una labor y un verdadero trabajo multistakeholder para buscar los mecanismos y estrategias que garanticen que las mujeres jóvenes puedan navegar seguras.
No sólo es hablar de seguridad, es también hablar de una internet con perspectiva de género que incluya el acceso, la conexión y la navegación de las mujeres jóvenes porque no se trata de una moda sino de un derecho. Son las mujeres jóvenes del 2016, las que serán las adultas conectadas dentro de pocos años más, y serán ellas las que dicten las reglas del juego, las que utilicen internet para su profesión, su empresa o su vida privada o familiar, y no podemos soñar con un mantener una internet libre y abierta si las mujeres jóvenes del 2016 tienen miedo, no cuentan con acceso ni con oportunidades de participación en el entorno digital.
Navegar por internet me ha dado la oportunidad como mujer joven de empoderarme, y es ese el empoderamiento que me gustaría compartir con todas.
Footnotes
1 Por rango de edad y sexo, no encontramos información en ENDUTIH 2015.
2 Entendemos por femenino como lenguaje incluyente, temas para mujeres sin estereotipos de género.
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