Las tecnologías digitales e internet han llegado como una herramienta para la expresión de nuestra sexualidad y erotismo. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los ataques a chicas en las redes sociales. Difusión de imágenes sensuales, promoción de videos eróticos circulan como pan caliente tanto en internet como en los dispositivos móviles. Parece ser que el ejercicio de una sexualidad libre no está concedido a las mujeres, o personas de los colectivos LGBTIQ. ¿Cómo frenar estos ataques? ¿Qué recursos tenemos para denunciar la violencia digital?


En una entrevista exclusiva para GenderIT.org, conversamos con Paz Peña Ochoa (1) y Francisco Vera Hott (2) creadores de acoso.online, un sitio web que surge de la necesidad de prevenir y denunciar pornografía no consentida en línea.


Florencia Flores Iborra: ¿Por qué hablar de pornografía no consentida? ¿Existe la pornografía consentida?


Patricia Peña Ochoa: En general estos tipos de difusión de imágenes o videos eróticos o abiertamente sexuales de forma no consentida se llaman popularmente “pornografía de venganza” y a nosotros nos incomodaba un poco ese concepto porque, básicamente, no creemos que la pornografía sea un ejercicio que deba ser criminalizado. Nosotros la entendemos como un ejercicio libre, de mujeres autónomas que consentidamente ejercen un trabajo o cualquier tipo de acción con su cuerpo. No tenemos ningún problema con el ejercicio de la pornografía y no creemos que se deba castigar socialmente.


Es así que comenzamos a investigar sobre qué definición se le podía dar a la “pornografía de venganza” y en ese sentido encontramos una definición que es la de pornografía no consentida que, insisto, no es exactamente la definición que más nos acomoda, pero creemos que es una definición bastante popular que pone el énfasis en algo que para nosotros es fundamental y que tiene que ver con el consentimiento. Que una mujer, o cualquier persona haga lo que quiera con su sexualidad (se filme o se saque fotos) no es el problema. Nuestra intención no es juzgar este tipo de conductas, pero cuando se traspasa el limite de difundir estos contenidos sin consentimiento, estamos ante un gran problema que nos debe interpelar como feministas.


FFI: ¿Por qué generar un sitio web como acoso.online?


PPO: Actualmente no tenemos en Chile cifras que hablen sobre la pornografía no consentida. No obstante, nos empezaron a llegar un montón de experiencias que pedían ayuda y nosotros, entre lo que podíamos hacer, brindábamos asesoramiento legal y orientaciones técnicas. Esto ocurrió durante muchos meses. Los casos de consultas aumentaron día tras día. Eso nos hizo sospechar de que efectivamente se necesitaba un sitio con información muy concreta de qué podían hacer las víctimas de pornografía no consentida y por eso básicamente nació esta página web.


Es importante mencionar que si bien actualmente solo está publicada la parte legal y judicial orientada a las víctimas chilenas, estamos trabajando en regionalizar la legislación. Una vez que lanzamos el sitio web activistas de Argentina, México, Panamá, Brasil, Perú y se me olvidan incluso otros países, se contactaron con nosotros porque justamente les gustaría adaptar la parte judicial y legal a los propios contextos locales porque efectivamente ellos también tenían la misma sensación que nosotros, o sea que los casos de pornografía no consentida aumentaban y había pocos recursos de información y de orientación a las víctimas latinoamericanas. Se trata de una problemática que afecta a nuestra región especialmente.


“En términos de mercado, nuestro continente es actualmente una atractiva inversión para muchas plataformas de comunicación y servicios de agregación en Internet. Y es que si bien el acceso a la red apenas sobrepasa la mitad de la población total de América Latina (56,6%), nuestra región es donde, por ejemplo, se registra mayor actividad de redes sociales comparada con otras zonas geográficas del mundo. Más aún, de acuerdo con un estudio realizado en el año 2014 por ComScore, la cantidad de horas mensual promedio por visitante en redes sociales en América Latina es 8,67 lo cual es notablemente mayor que el promedio mensual global que es de 5,31 horas por visitante.”(3)

(Informe: “Pornografía no consentida”)


FFI: ¿Detectaron un perfil de las víctimas de pornografía no consentida?


PPO: Una de las pocas certezas que tenemos a nivel local con este problema es que no hay evidencia. No hay datos o estadísticas sobre la pornografía consentida. A nosotros lo que nos preocupa es que justamente haciendo esta página revisamos detalladamente cuáles eran las herramientas que plataformas de internet ofrecían a las víctimas hispanoparlantes para casos de pornografía no consentida. Relevando buscadores (Google, Yahoo! y Bing), redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, Pinterest, Snapchat y Flickr), gestores de contenido (Wordpress y Tumblr), incluso sitios de pornografía como Pornhub, porque hay un montón de pornografía no consentida allí, nos dimos cuenta que muchas plataformas ofrecen herramientas de ayuda en inglés. Lo que de inmediato impone una barrera al acceso a la justicia.


Otra cosa muy común es que no hay una herramienta particular categorizada como “pornografía no consentida” y para denunciar este tipo de casos tenías que apelar al copyright, a la privacidad, o incluso a la pornografía pura, lo cual favorece que las víctimas no se animen a denunciar. Asimismo detectamos tecnicismos legales en el lenguaje utilizado, lo que hace poco amigable para los/as usuarios/as el acceso a este tipo de información.


FFI: ¿Cuáles son las plataformas que favorecen la publicación de pornografía no consentida?


Francisco Vera Hott: Más que una plataforma que tecnológicamente favorezca o no este tipo de violencia, el problema real tiene que ver con las respuestas que se les dan a los/as usuarios/as. Por ejemplo Twitter ha demorado bastantes años en mejorar estos aspectos y fue un sitio que durante mucho tiempo se utilizó para difundir este tipo de materiales. En redes sociales en general, hay actualmente espacios para poder denunciar estas conductas pero falta mucho por hacer y una cosa es tener un formulario de contacto para dar de baja estos contenidos y otra cosa es cómo configuramos una respuesta integral desde las empresas o desde las plataformas de internet a los/as usuarios/as y a las víctimas y que posea además una perspectiva de género.


Hay que entender que las víctimas no solamente son angloparlantes, mujeres blancas con alto grado de educación sino que a veces hay barreras incluso de acceso a la tecnología donde puede haber víctimas que no tengan tanto acceso a internet pero que sus imágenes aparezcan en internet. Entonces es un proceso bastante más complejo que requiere abordarlo con la debida diligencia, porque más allá de que este sea un problema de exposición de la intimidad, se trata también de un problema de derechos humanos: el derecho a la privacidad, a la libertad de expresión, a la dignidad, están en juego cuando estamos discutiendo estas cosas.


FFI: ¿Cuáles son las recomendaciones que les darían a los/as usuarios/as para prevenir la pornografía no consentida.


FVH: Hay ciertos puntos que son claves. Primero es deseable que todo este panorama no inhiba a las personas de expresarse y eso incluye ciertamente la expresión sexual, por el otro lado no hay que tenerle miedo a la tecnología. Hay herramientas y formas de manifestarse, de mandar imágenes de manera segura. Comprender esto es muy importante. En acoso.online, hay algunas medidas específicas que proponemos. Algunas de sentido común, como evitar dejar identificadores en las fotos: caras, tatuajes. Buscar herramientas que no dejen vulnerable tu información. No subir cosas públicamente a internet, enviarlas mediante aplicaciones de mensajería un poco más seguras como Signal, además de una serie de recomendaciones de seguridad digital que también están vinculadas a este problema. Por último la recomendación es que si, habiendo tomado todas las precauciones, les ocurre algún caso de estas características, les sugerimos que lo denuncien, que no lo escondan.


“Reportar el caso en las plataformas de internet; conocer las leyes que pueden ayudarte; denunciar ante la justicia; abrir un diálogo con tu comunidad; resistir y no renunciar a tu libertad sexual son las cinco claves que el sitio acoso.online propone como estrategia para desmantelar la pornografía no consentida.”


PPO: Si nuestra vida está totalmente volcada a las tecnologías, nosotras tenemos que ser capaces también de comprender sus posibilidades y empoderarnos con ella. Hay que dejar de pensar que la tecnología es una cuestión de hombres heterosexuales y tenemos que empezar nosotras también a reclamar un poder allí. En la mayoría de los casos de víctimas que se nos acercan, el problema que tuvieron es que dejaron, confiaron en un varón, para que manejara, publicara o almacenara las fotos o videos eróticos. Estoy convencida de que eso se puede contrarrestar si nosotras como mujeres nos empoderamos con el uso de las tecnologías. ¿Qué fotos vas a sacar? ¿Cómo las vas a sacar? ¿A dónde las vas a almacenar? ¿Quiénes van a tener acceso a ese material? ¿Qué plataformas vas a usar? Son decisiones tan importantes para la sexualidad de una mujer hoy, como ¿qué condón vas a usar? O ¿qué pastilla anticonceptiva vas a comprar? Estamos hablando de decisiones cruciales para la sexualidad de una persona, para la autonomía de una mujer. Como afirman en Coding Rights: tus fotos, tus reglas.

1. Paz Peña Ochoa es consultora e investigadora en temas de tecnologías y derechos humanos desde una perspectiva de género.

2.Francisco Vera Hott es abogado chileno. Especialista en temas de tecnologías y derechos humanos.

3.Paz Peña Ochoa & Francisco Vera Hott. julio 2017. Tomado del informe: “Pornografía no consentida: Análisis situado a respuestas de plataformas en Internet” Más información: https://acoso.online/wp-content/uploads/Informe-N1_Pornografia-No-Consen...

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