“Tenemos una comunidad de voluntarios
enseñándole al mundo cómo desarrollar tecnología en una forma
diferente, promotores de la igualdad de oportunidades a través del
libre acceso al software, y al mismo tiempo, una comunidad en la cual
más del 50% del total de la población mundial no participa” afirmaba Fernanda G. Weiden hace poco tiempo en un artículo publicado en Groklaw. 1
La opinión de Fernanda no es casual. No hay que tener grandes dotes
de observación para darse cuenta del notable desbalance entre mujeres y
hombres que se registra en la comunidad de software libre, una
comunidad que se dice a si misma libre, participativa y abierta.
Podemos intentar una justificación diciendo que esto es general a
todos los ámbitos donde la tecnología es eje, incluyendo las carreras
técnicas de las universidades. Sin embargo, en aquellos casos el
desbalance no parece ser tan marcado como en la comunidad de Software
Libre, donde algunos proyectos, como Debian, cuentan sólo con un 0.5%
de presencia femenina. 2
Si en el mundo tecnológico en general se registra una brecha, la
situación parece ser peor en el mundo del Software Libre, comunidad que
tiene sus propias reglas, dinámicas y particularidades.
Suelo tener dificultades cuando intento escribir artículos como
este, básicamente porque me resisto a usar estereotipos ya sea de la
comunidad o de las mujeres en general, para facilitar un análisis. Sin
embargo, hay datos que parecen incontrastables.
Desde aquellos tiempos en los que la francesa Sophie Germain 3
tenía que esconderse para estudiar matemáticas, muchas cosas han
cambiado, al menos en el plano formal. A pesar de la represión sufrida,
las costumbres de su época no pudieron apagar una de las mentes más
brillantes de tu tiempo, pero ¿cuántas mentes como la de Sophie Germain
habrán quedado apagadas para siempre por el sólo hecho de ser mujeres?
Si bien ya no se acostumbra quitarle las velas a las niñas para que
no estudien matemáticas de noche, hay otras formas menos cruentas de
mantenerlas alejadas de las profesiones “masculinas”. Aún hoy es común
ver en familias con hijas e hijos que las computadoras y los juegos
informáticos van a parar a las manos de los niños mientras que las
niñas siguen recibiendo el refuerzo típico de su rol social futuro:
muñecas y cocinas.
Así, aunque no esté prohibido el ingreso de mujeres a carreras
técnicas o de ciencias duras, suelen ser pocas las que llegan con
tiempo y ganas de participar de una comunidad como la de Software
Libre.
Quienes como mujeres nos hemos incorporado a estas comunidades,
tenemos un bagaje de experiencias compartidas y anéctodas que parecen
repetirse casi de manera similar en varios espacios, en particular en
las comunidades latinoamericanas. Aquella idea de que “GNU/Linux es
cosa de hombres (o machos)” o el más gentil pero igualmente excluyente
“... yo lo instalo y después te enseño cómo lo hice”, son algunas
clásicas muletillas que suelen escuchar los oídos femeninos que se
acercan a la comunidad.
Desde luego no podemos responsabilizar a esta comunidad de algunas
cuestiones socio-políticas y culturales que arrastramos desde hace
siglos. Si hacemos un breve recorrido histórico, es imperativo recordar
que en Argentina, las mujeres tienen derecho a votar sólo desde
mediados del siglo pasado, mientras que aún son necesarias las
políticas de cuotas para que haya cierto número mínimo de mujeres en
espacios de decisión política.
Las políticas de “empoderamiento” de las mujeres aún parecen ser
necesarias antes de hablar de una efectiva democracia de género en
varios ámbitos de acción social.
¿Cómo traer estas cuestiones al mundo del software libre?
En primer lugar, se torna necesario observar la situación y aceptar
que existe realmente un problema. Para muchos (hombres), la ausencia de
mujeres en los foros de Software Libre se debe a que “ellas” no
participan. Se da por sentado que el sólo hecho de mantener las puertas
abiertas y no poner barreras “formales” de ingreso traslada la
responsabilidad al otro género. “¡Pues si no vienen es porque no
quieren!” y “¡ Jamás se le ha negado la entrada a una mujer!” son las
justificaciones clásicas. Y así, encontramos grupos de usuarios donde
la membresía femenina alcanza a la cifra de 1 o 2 en el mejor de los
casos.
Por otro lado, nos encontramos con otro fenómeno: la distribución
social del trabajo. Parece que el “default” indica que las mujeres en
Software Libre son las encargadas de mandar a hacer los souvenirs y
productos promocionales del grupo, atender los stands y llevar el
micrófono a los panelistas.
Encontrar mujeres efectivamente hackeando, desarrollando
documentación o haciendo política en software libre parece una tarea un
poco más difícil. Para ser justas, sabemos que hay mujeres que están
haciendo eso, pero son pocas y el número no parece incrementarse con el
correr de los años. La proporción de panelistas y participantes
femeninas en eventos de Software Libre raras veces alcanza al 10%. Y
jamás he visto una mujer en los comités de evaluación de ponencias en
los eventos más grandes de Software Libre, por lo menos en Argentina.
Insisto con que, a pesar de que muchos opinan lo contrario, tenemos
un problema. El fuerte desbalanceo de género en nuestra comunidad hace
que muchos sectores de nuestra sociedad que bien podrían estar
adoptando Software Libre no lo hagan, o estén más lejos de conocer las
ventajas socio-políticas y económicas que tanto promovemos por no
sentirse representados en esta comunidad “de hombres”.
Algunas realidades que vale la pena cambiar
Si bien la comunidad de Software Libre no va a cambiar las
tendencias sociales hacia la exclusión y la sobreexplotacion de gran
número de mujeres, si tiene la responsabilidad de mirarse a si misma y
ver qué es lo que ocurre en su interior.
Como ya dijimos, la comunidad arrastra las viejas tendencias
culturales a pensar que las computadoras y los juegos de video son cosa
de hombres y que GNU/Linux en particular también lo es. Ni hablar de
aquel viejo prejuicio de que las mujeres no tienen pensamiento lógico o
que se distraen con facilitad. 4
En la comunidad de Software Libre, donde en general la participación
es meritocrática y se suele discutir fuertemente posiciones en listas
de correo, este tipo de prejuicios muchas veces condicionan la
participación femenina. En un mundo altamente competitivo, parecería
que las mismas mujeres se quedan a un costado observando.
Participar en comunidades de Software Libre requiere generalmente
una fuerte autoestima, un carácter firme y seguro y la capacidad de
argumentar y defender el propio trabajo en espacios donde no hay una
cabeza, pero si liderazgos fuertes y muchas figuras de tipo “gurú”
y/o“dictador benevolente”.
En paralelo nos encontramos con que las mujeres, generalmente
subestiman sus propias capacidades y/o evitan defender públicametne sus
posiciones, en particular en ambientes que pueden parecer hostiles (y
que muchas veces efectivamente lo son).
Otra cuestión a considerar es que muchas personas hacen trabajo
voluntario en la comunidad de Software Libre en sus horas libres, como
parte de sus hobbies. Para las mujeres, en la sociedad actual, el
tiempo libre suele ser bastante menor que para los hombres, ya que
generalmente, tras sus jornadas laborales, otras tareas las esperan en
sus casas: la atencion del hogar y los niños y niñas. Mientras no se
realice una distribución más justa de las tareas hogareñas,
dificilmente más mujeres tengan margen a desarrollarse en un mundo de
alto grado de exigencia como es la comunidad de Software Libre.
Mientras es común encontrar activistas hombres que tienen familias
constituidas, parejas muchas veces ajenas a la comunidad e hijos, en el
caso de las mujeres con más visibilidad en los eventos por ejemplo, la
tendencia parece ser de mujeres solteras o en pareja con alguien de la
comunidad, pero casi siempre sin hijos. Esta tendencia tiende a
confirmar lo dicho, aquellas que pueden ganar un lugar son las que no
tienen la responsabilidad de mantener familias a su cargo. ¿Será que se
torna difícil para una mujer el hecho de tener hijos y familia y ser
activista de Software Libre?
Como si esto fuera poco nos encontramos también con las tendencias
clásicas de definir a las mujeres según su relación con algún hombre:
“la novia de ... ”, “la chica de...” , o “la mujer de... ” antes que
por su propio nombre y méritos. Esto es más común de lo que parece y
muchos hombres ni siquiera se dan cuenta de lo injusto que eso puede
llegar a ser.
Más allá de estos datos de simple observación que necesariamente
deberíamos corroborar estadísticamente para poder afirmarlos, una cosa
es cierta, la comunidad de software libre se está privando a si misma
de la participación de mujeres que han sido, y suelen ser, motores
importantes del cambio social.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Lo primero, asumir el problema. Difícilmente podamos resolverlo si
no consideramos efectivamente que tenemos un problema como comunidad.
Lo segundo, mirar la experiencia de otros movimientos, y en esto, el
movimiento feminista tiene mucho para enseñarnos.
Por eso quiero rescatar el concepto de “democracia de género” para
la comunidad de software libre, entendiendo democracia de género como
“la distribución justa de derechos, oportunidades, recursos,
responsabilidades y tareas entre los géneros, respetando las
diferencias entre hombres y mujeres.” 5
Pero nuestra comunidad está ciertamente rezagada en este objetivo de
democracia de género, por lo que parece necesario ir un paso más atrás
y empezar a pensar cómo lograrlo, sabiendo de antemano que “género” no
es sinónimo de “mujer” e involucrando a los hombres en este asunto.
Una expresión ya clásica de la lucha de las mujeres es el concepto
de “empoderamiento”, un neologismo que pretende ser la traducción de la
palabra inglesa “empowerment”. Esta expresión no tiene su origen en la
teoría feminista, sino que proviene de la cultura política anglosajona
y se refiere con frecuencia a los sectores de base o las minorias
oprimidas. Sin embargo, se ha convertido en una palabra clave del
movimiento feminista.
En nuestra comunidad, podríamos usar estrategias de “empoderamiento”
justamente para superar las propias limitaciones que se auto-imponen
algunas mujeres y para fomentar su participación en la vida de la
comunidad en condiciones de igualdad de oportunidades y
responsabilidades. En el plano personal, es importante fomentar el
desarrollo de capacidades de las mujeres, para que avancen ellas mismas
en el logro del objetivo de inclusión equitativa.
En esta línea trabajan algunos proyectos como el brasileño PSL Mulheres 6,
que da visibilidad a las mujeres del movimiento y se vincula
fuertemente con organizaciones feministas no precisamente relacionadas
a los temas tecnológicos. Nacido en el 2003, el PSL Muhleres fue
fundado por Loimar Vianna, Fernanda Weiden, Paloma Costa y Cristiane
Camboine y cuenta ya con más de 150 suscriptos a sus listas de correos,
contando con un 90% de participaci � femenina de Brasil, Bolivia,
Argentina, Paraguay y Uruguay, entre otros países.
Otro proyecto que trabaja en esta misma linea es Debian Women 7
que promueve la inclusión de mujeres en el gran proyecto Debian,
mayoritariamente dominado por hombres y cuyas tasas de participaci ó n
femenina son francamente pobres.
Estos parecen ser buenos caminos a seguir, pero no los únicos. Las
estrategias de “empoderamiento” y creación de capacidades para que las
mujeres participen más y mejor en las comunidades de Software Libre no
son un objetivo en si mismas, sino la herramienta que podemos usar para
lograr un objetivo macro de democracia de género en el movimiento.
Existen diferentes pasos a seguir para lograr ese objetivo, pero el
primero, sin dudas, es el involucramiento de los hombres en el
problema, pues esto no es un asunto de las mujeres sino de nuestra
comunidad como conjunto.
Es importante que tanto hombres como mujeres revisemos nuestras
propias conductas relativas a las relaciones de género, que pongamos
esta cuestión en nuestras agendas y prestemos atención a nuestras
prácticas cotidianas.
Programas de formación y estímulo a la participación de mujeres en
el Software Libre, trabajo transversal con organizaciones de mujeres
para que adopten, usen y promuevan Software Libre, pueden ser
estrategias para lograr mayor participación y visibilidad de las
mujeres en el movimiento. Así, las estrategias de empoderamiento pueden
ser un primer paso, pero bajo ningún concepto se debe excluir a los
hombres del objetivo macro de trabajar bajo un marco de equidad de
género en nuestra comunidad.
Igual, mientras buscamos aplicar esas estrategias en forma
sistematizada, día a día, las mujeres de la comunidad tenemos entre
nuestras responsabilidades la tarea de contagiar el entusiasmo a otras
mujeres, luchar por nuestros espacios (ya sea dentro de la comunidad
como fuera de ella), superar las tendencias a la subestimación de
nuestras capacidades y demostrar que el Software Libre sólo podrá
crecer socialmente con inclusión y equidad. En esa tarea estamos.
Sobre la autora
Beatriz Busaniche es Licenciada en Comunicación Social, graduada en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina.
Es activista de Software Libre, trabaja para la Fundación Vía Libre ( www.vialibre.org.ar ) y es miembro del Consejo Ejecutivo de la Fundación del Software Libre de América Latina ( www.fsfla.org )
Fuentes y lecturas recomendadas
- Fernanda G. Weiden – Women in free software
http://www.groklaw.net/article.php?story=20050911153013536 - Mujeres en el Foro Internacional de Software Libre de Brasil (Junio de 2004)
http://people.softwarelivre.org/~fernanda/documentos/pesquisa-mulheres-2004.pdf - Proyecto Debian Women
http://www.debianwomen.org - Proyecto Software Libre Mujeres
http://mulheres.softwarelivre.org - Val Henson - Cómo atraer mujeres a Linux
http://infohost.nmt.edu/~val/howto.html - Fernanda G. Weiden - Free software with a female touch
http://people.softwarelivre.org/~fernanda/palestras/free_software_with_a_female_touch.sxi - Democracia de género – Una propuesta inclusiva. Ediciones Boell Nro. 18
http://www.boell-latinoamerica.org/download_es/democraciadegenero.pdf
Copyright 2006 © Beatriz Busaniche
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Argentina. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/ar/
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licencia idéntica a ésta.
1 Fernanda G. Weiden http://www.groklaw.net/article.php?story=20050911153013536
2 http://www.groklaw.net/article.php?story=20050911153013536
3 http://mate.uprh.edu/museo/mujeres/sophie.htm
4 Prejuicio usado también para criticar la forma de conducir un auto atribuida a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
5 http://www.boell-latinoamerica.org/download_es/democraciadegenero.pdf
6 http://mulheres.softwarelivre.org
7 http://www.debianwomen.org
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