Marcela: Somos parte de la Asociación Portal sem Porteiras, o Portal sin Portón.
Luisa: Una asociación creada para formalizar nuestra red comunitaria de internet
L: Hoy, nuestra red comunitaria tiene una infraestructura de 12 nodos y radios omnidireccionales y sectoriales que se conectan a una mesh. Estos puntos fueron programados para comunicarse entre sí gracias a Libremesh, un software que instalamos para reemplazar el firmware de fábrica y cambiar así la forma en la que piensa el router.
Con un servidor, tenemos una infraestructura que nos permite poner en circulación nuestra propia información, creando así una red local. Además, un par de radios direccionales con una antena de 30 decibeles hacen el enlace de larga distancia con el gateway, o la conexión con el “Gran internet”.
M: Esta idea comenzó hace 3 años. Desde entonces, subimos, bajamos y subimos la montaña nuevamente con la antena en la espalda. Nos conectamos y desconectamos de internet, alojamos nuestra red local en un Raspberry, cambiamos a un Tvbox y después a un servidor de 4TB. Ya limitamos el acceso solicitando cupones de conexión, abrimos la red y establecimos la asociación, y aprendimos a hacer contratos siempre. Seguimos en proceso de regularización.
Porque además de la técnica, que sin duda presenta muchas dificultades, como red comunitaria proponemos integrar esta red virtual en las muchas otras capas de relaciones existentes entre las personas. Este es nuestro mayor desafío.
L: No somos simplemente un proveedor de internet, queremos proporcionar algo más que un servicio de internet. Queremos ampliar las relaciones existentes utilizando la tecnología como una herramienta. Para que la primera receta de pastel de mi búsqueda sea la del pastel de yuca de Doña Nilda, y no de un gran chef de YouTube, nos gustaría tener una red donde podamos hablar y nuestra información no sea utilizada para persuadirnos. Una red en la que podamos hacer las cosas a nuestra manera, donde no quedemos a merced de los grandes productores de tecnología que dan forma a nuestras culturas y vidas cotidianas.
Una técnica desarrollada de acuerdo con lo que necesitamos acá, donde vivimos. Pero eso, somos nosotras...
Tecnología: un conjunto de técnicas, es decir, métodos y detalles prácticos esenciales para la ejecución de un arte, o ciencia.
Aquí, el arte es la vida y la vida es única en todas partes del mundo. O sea, es imposible “tecnificarla” de una única manera.
M: Mi casa, la sede de Portal sem Porteiras, siempre ha sido un sitio donde internet funcionaba bien. Sabemos que es así porque probamos la estabilidad de esta red todos los días.
Así que, antes de instalar más nodos, algunas personas venían a sentarse en la acera frente a mi casa con sus teléfonos en la mano. Incluso después de instalar un sistema de autenticación, el movimiento continuó. Eso se debe a que hay una aplicación que sirve para circunvalar el sistema y pone en peligro a toda nuestra red.
La casa está en una esquina peligrosa donde no es fácil ver a los automóviles que hacen la curva para entrar al barrio. En esta esquina, una señora utilizaba su teléfono celular todos los días.
Las personas suelen limitarse a usar Facebook y WhatsApp como si eso fuera todo lo que hay en internet, y los proveedores fomentan esa práctica al ofrecer esos servicios sin costo. Con esta señora, pasaba lo mismo: ella me dijo que utilizaba siempre esas aplicaciones.
Ella estaba casi en la mitad de la calle, donde le parecía que había mejor señal. Los automóviles pasaban pero a ella ni siquiera le importaba, estaba muy concentrada en la pantalla.
Un día, mi gato Miau cruzó la calle. No podía saber que el automóvil que venía iba a hacer la maniobra que hizo para esquivar a la señora. Así que el auto lo atropelló y lo mató.
Algo no andaba bien….
Empezamos a pensar:
"¿Seremos nosotras las que traeremos Facebook a nuestra comunidad?"
Y ¿cuál fue nuestra dificultad para comunicar nuestro propósito, que llevó a alguien de la misma comunidad a pasar por alto nuestras precauciones con internet y poner en peligro toda la información, y nuestro gato?
Nos concentramos más en la red local que en la conexión de internet en sí misma. De esa forma, sería más fácil explicar todo lo demás. No nos confundirían con un proveedor de servicios. Aquí, encontramos un profundo sentido que nos conmovió.
L: Porque si queremos que haya más personas involucradas, tenemos que saber qué es lo que las impulsa.
Conscientes de la disparidad de género en tecnología, nos ocupamos de dar el primer paso en esta dirección sensibilizando a las mujeres de nuestra propia comunidad sobre la red local.
Y así, comenzó un viaje aún en marcha.
M: Tania, una hacker feminista, vino a ser la tutora de nuestro grupo de mujeres en este avance tecnológico. Cada mes hay una reunión con un nuevo tema. Finalmente, encontramos un sentido que conectara nuestras necesidades con nuestra red: la necesidad de recuperar las narrativas de las mujeres y ponerlas en sus manos.
L: Creamos un proyecto cuyo propósito es evitar que repitamos el mismo patrón de creación tecnológica, donde el creador es el mismo hombre blanco heteronormativo que refuerza las narrativas de su propio punto de vista como verdades. Esto anula la posibilidad de que internet sea democrática.
El proyecto se llama Nós por Nós, o Nosotras por Nosotras, y es porque, en portugués, NOS significa tanto nodos como nosotros/as.
El proyecto fue creado para estimular el papel de las mujeres en el vecindario desde el comienzo de esta red hablando sobre el funcionamiento, así como del uso seguro y saludable de internet.
Desde nuestro microcosmos de infraestructura local, mostramos cómo funciona la internet macrocósmica y explicamos que la nube es, en realidad, un servidor y tiene dueños.
Mientras guiamos ese uso de la “gran internet”, trabajamos juntas para crear nuestra internet local. Estamos llenando nuestro servidor con nuestros propios contenidos: narrativas y servicios dirigidos por mujeres. Al final del proyecto, tendremos un sitio web creado por nosotras y al que se puede acceder desde el barrio usando nuestra propia internet - mostrando así que internet no es una entidad mitológica, sino una herramienta utilizada y alimentada por personas. Y ¿por qué no por nosotras mismas?
M: Como los planes no siempre suceden como nos gustaría, sino como deben ser, tan pronto como comenzó el proyecto, se desencadenaron un montón de preguntas. Hicimos una convocatoria abierta a las mujeres del barrio, para crear un grupo que sería responsable de crear contenido mediático consensuado sobre otras mujeres del territorio – las investigadoras – y, en última instancia, realizar un mapa.
L: Pero las personas que vinieron fueron mujeres que, de alguna manera, ya eran parte de nuestro círculo: mujeres que llegaron al barrio en los últimos diez años, trayendo hijos, perros y… un título universitario. Es decir, mujeres privilegiadas. Parece que ese “nosotras” sigue siendo sólo un fragmento de nuestra comunidad.
Esa fracción de mujeres sería responsable de llevar la tecnología al barrio. La técnica hecha por quienes tienen acceso.
¿Estamos siendo nuevas colonizadoras e imponiendo nuestras ideas como una supuesta visión general de una comunidad entera?
M: Esta pregunta me hace pensar que hay mucho más de qué hablar en estas entrevistas. Sabemos que nuestro alcance dentro de la comunidad es limitado. Convocar una reunión abierta y poner carteles en la plaza pública parece democrático, pero implica ignorar todo lo que implícitamente nos separa.
Los espacios de convivencia implican relaciones de poder que están directamente relacionadas con nuestros privilegios. Es una lógica estructurada en nuestra sociedad, nos guste o no.
L: Por eso elegimos la metodología “café con pastel”. O sea, ir hasta la casa de las personas y conectarnos con ellas. En este encuentro, llevar nuestras ideas sobre la red local, ver en qué puntos se concuerda y en cuáles no. Saber lo que es relevante para la gente.
M: Entendemos que la mirada feminista de una mujer a otra es una liberación de la visión patriarcal. Pero, ¿será ese el último paso? Seguro que no… Cuando cada ser tenga el acceso, las herramientas y el apoyo que se necesitan para crear su propia narrativa, habremos llegado a una nueva etapa en la que proyectos como Nosotras por Nosotras serán superfluos.
Paramos de tratar de arreglar el mundo y empezamos a trabajar despacito, con humildad.
L: La palabra humildad tiene su origen en la palabra HUMILIS del griego antiguo que significa, literalmente, “aquél que está en el suelo”.
Recorrer el mismo terreno, buscar el espacio que es común a todas, buscar lo que es compartido simplemente porque es humano. Una chispa preciosa se prende en el momento de la reunión y supera el abismo que nos separa. Así, respetamos el tiempo ya establecido y el tipo de relaciones que hay en nuestro barrio.
M: Esta red virtual se suma y viene a recuperar lo que la tecnología impuesta se atreve a destruir: los encuentros casuales, el intercambio de recetas, los remedios caseros, la historia oral, lo fantástico como verdad.
Entre una taza de café y otra hacemos amistad, y buscamos romper las barreras que existen entre nosotras. Escuchemos el podcast:
Fotos e ilustraciones: Portal sem Porteiras
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