La militancia feminista en las redes hoy en día está tomando mucha visibilidad en muy poco tiempo, y a raíz de ello influencers dentro de la cultura de género las están utilizando para generar conciencia y tener inclusive presencia en los medios, marcando agenda desde sus espacios personales.
Este es un fenómeno también relativamente nuevo, que pudo verse por primera vez o con mayor presencia en el ámbito feminista cuando en los principales canales mediáticos se trató la cuestión de la legalización del aborto a raíz de los hashtags y la repercusión que el tema tuvo en las redes sociales.
Lógicamente el antecedente a esto fue la convocatoria #NiUnaMenos, pero en ese caso tuvo más relevancia en las calles. Aquí hablamos de campañas nacidas netamente en las redes sociales y que fueron mostrando, sin escalas en los medios masivos, cómo crece el empoderamiento de las mujeres gracias al uso estratégico de la tecnología.
En una de las primeras emisiones dedicadas a la discusión sobre la legalizacón del aborto del popular programa de TV Intrusos (donde participaron personajes conocidos de la TV argentina como Malena Pichot, Srta Bimbo o Julia Mengolini) muchos vimos por primera vez a Florencia Freijó, que si bien habló en esta ocasión sobre género, es politóloga en derecho internacional ambiental y geopolítica latinoamericana, además de asesora parlamentaria. También trabaja la temática de género desde la divulgación en redes sociales y medios de comunicación y se define como ecofeminista y escritora. En su perfil de Instagram se presenta como “#malamadre”.
“Mi bio es ecofeminista porque es básicamente entender que las relaciones sociales están atravesadas por un entorno y ese entorno tuvo una lógica de explotación -en este caso capitalista- que modifica también las relaciones de género” explica Florencia.
“Cuando una analiza los orígenes del patriarcado ve que es cierto que las relaciones de género se vuelven más desiguales justamente cuando el mundo comienza a conquistar más derechos, lo cual es muy irónico. Pero el capitalismo comienza a cobrar muchísima fuerza, post revolución francesa, y ahí te das cuenta que fueron unos los que pensaron y escribieron los derechos y otros los que tuvieron que acatar mandatos y quedaron por fuera del concepto de ciudadanía: las mujeres, las minorías étnicas y sexuales, por supuesto.”
Mientras desarrolla la explicación no puede evitar un bostezo, y es que Florencia, además de tener una experiencia impresionante como polítóloga y comunicadora, es madre soltera y no le resulta fácil combinar sus horarios familiares con los laborales. Debido a ello es que también se define como “mala madre” en el sentido de no estar, como madre, siempre pendiente del ‘que dirán’ sobre como cría a sus hijos, o si compró el juguete que quería el nene, o si en vez de darle un chocolate le responde ‘hay fruta en la heladera, de hambre no te vas a morir’.
Entre varias, esta fue una de las campañas de Florencia en las redes: aconsejar a madres como ella y acompañarlas en la difícil tarea y carga emocional que implica ser ama de casa, que debería ser considerado trabajo, y criar solas a los hijos, lo que no tendría que constituirse en una carga.
Pasó su infancia en la ciudad balnearia argentina de Mar del Plata hasta que siendo madre soltera se mudó sola a la ciudad de Buenos Aires. Aunque ya en ese momento combinaba su trabajo convencional con la militancia, cuando su hijo tenía solo un mes de vida se sumó a una campaña que tuvo como epicentro la catedral de la ciudad porque no permitían a las madres amamantar a sus hijos en lugares públicos.
Hoy en día Florencia tiene más de 47 mil seguidores en Instagram y sube constantemente historias sobre cómo es la vida de una joven madre feminista que lucha contra el patriarcado.
Desde esa cuenta da clases sobre distintos conceptos teóricos del feminismo, y también responde preguntas sobre la vida diaria a sus seguidores (ya que en un 90% son mujeres) y da consejos sobre cómo sobrevivir o sobrellevar distintos tipos de situaciones.
El impacto de #YoCrioSola
Una de las primeras campañas en internet de Florencia Freijó fue a raíz de un posteo de la actriz Jimena Barón que generó controversia en las redes, inclusive en el entorno de las militantes feministas. La actriz publicó en su cuenta de Twitter el formulario de inscripción escolar de su hijo Momo (Morrison) en el cual colocó un signo de pregunta en el espacio donde debía consignarse información sobre el padre del niño.
A raíz de las críticas que recibió Jimena, Florencia se solidarizó con ella y comenzó a hablar públicamente sobre lo que significa criar sola sin contar con la presencia del padre de su hijo en ningún momento de la crianza. Así comenzó #YoCrioSola.
La convocatoria fue de tal magnitud que miles de mujeres usaron el hashtag en las redes sociales para contar cómo es su vida cotidiana en una familia no convencional. La iniciativa fue convirtiéndose en treading topic nacional, generando así, una vez más, que una lucha que comenzó en las redes fuera tomada por los medios de comunicación para colocarla en agenda. De esta manera Florencia apareció nuevamente en escena en distintos programas radiales y televisivos, así como también en la prensa gráfica.
“El fenómeno #YoCríoSola se dio cuando leí una noticia sobre Jimena Barón y Daniel Osvaldo y empecé un hashtag en Twitter que disparó toda la discusión, pero no es que se disparó desde la actriz que protagonizó el hecho, sino que yo a través de su historia decidí mostrar, visibilizar, porque me interesa el marketing digital y la viralización de contenidos. Hoy las redes ofrecen cierto tipo de inmediatez y sobre todo de intercambio de contenidos con las personas involucradas que no lo ofrece ningún otro tipo de soporte. Por eso hoy en día la información en la televisión se aggiorna, se actualiza, cada vez más siguiendo a las redes, sobre todo porque hay un consumo propio de los millenials del minuto a minuto, lo que facilita que hoy en dìa un hashtag cobre popularidad y se vuelva viral en pocas horas”.
Florencia Freijó nos dice que “mi militancia en las redes -que también se traslada a la calle- comenzó hace muy poco tiempo. Empecé dando respuestas con perspectiva feminista a dudas existenciales generadas por el patriarcado. La realidad es que mi trabajo es divulgar temas con perspectiva de género, como la violencia salarial, la carga mental, los problemas que surgen en la maternidad, y otros como la cultura de la violación. A partir de estas contribuciones empezaron a aparecer las historias de vida, porque los números en economía o la política en realidad lo que tienen de trasfondo son la historia de las personas. Por eso se me ocurrió generar ese espacio que es catártico, porque las redes son un lugar de catarsis donde la gente trata de expresar un poco todo lo que las atraviesa mentalmente”.
Por espacios de contención y sororidad en las redes
A partir de estas historias, que comenzaron siendo propias pero luego resultaron enriquecidas con los aportes, anécdotas y vivencias de sus seguidoras, Florencia generó distintos espacios de contención, que van creando confianza y participación por parte de las usuarias.
“La gente confía, tiene una necesidad imperiosa de confiar en alguien, en tener un espacio de charla y sobre todo de escucha. En ese sentido las redes generan una disponibilidad inmediata y a su vez un vínculo impersonal que logra que el otro se abra sin sentir vergüenza” nos cuenta Florencia a raíz de pensar en las distintas confesiones o preguntas que recibe a diario.
Lo cierto es que esta politóloga tiene muy claro que las redes son un espacio de militancia y de empoderamiento, que si lo usamos bien o con herramientas como el márketing digital, desde el feminismo podemos ganar muchos espacios para el fortalecimiento de las mujeres y de su trabajo en red.
Se trata de un fenómeno con sus desafíos porque Florencia también ha recibido recientemente varios pedidos de hombres que le exigen y demandan “generar contenido para varones”. Esto le ha provocado cierta indignación y la respuesta tajante de que si los varones quieren contenidos para varones debían generarlo ellos mismos.
“Lo único que falta es que encima nos vengan a pedir a nosotras que les enseñemos cosas. Explíquenle ustedes a sus amigos en el bar lo que es la cultura de la violación”, cierra contundente una de sus últimas historias.
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