No pasó mucho tiempo entre que nació y tomó un lápiz, momento que Romina Ferrer identifica como el inicio de su autonomía. Los últimos 40 años pasaron, para esta porteña, entre sus manos y sus ideas. El dibujo le permitió mostrarle al mundo una galería de identidades que se expresaban a través de trajes fantásticos y recibirse de Diseñadora de Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires. Sus personajes no tienen lugar de nacimiento, Romina se inspira a través de cómics, cine, libros o las 30 series que ve a la vez y organiza en una lista.
Por estos días, sus sueños se expresan a través del lápiz de las formas más literales: es reconocida por sus ilustraciones feministas y todas las noches se despierta a las 3 de la mañana para anotar una idea o dibujar algo onírico. Para saber más sobre su proyecto y la relación entre arte, género y difusión web, charlamos con ella y le preguntamos algunas cosas.
Genderit.org: ¿Cómo surgió tu proyecto de ilustraciones feministas?
RoFerrer: Hace unos años, después de un proceso personal profundo y doloroso, llegué al feminismo y por primera vez encontré un sentido en el dibujo que fuera más allá de lo estético, el chiste o el goce personal. Logré ponerle nombre a situaciones y sentimientos que me habían hecho ruido durante años, pero desestimaba con esas frases que nos inculcan constantemente: “exagerada”, “estás loca”, “ya va a pasar”, “te quiere pero no sabe cómo demostrarlo”, “vale la pena”, “es tu culpa”, “no entendés nada” y tantas más.
Empecé a darme cuenta de que había naturalizado las violencias que nos atraviesan desde antes de nacer y surgió la necesidad de comunicar, ya no como catarsis, sino como un modo de visibilizar para otras personas la violencia de género en sus formas simbólica, institucional, psicológica y física.
Genderit.org:¿Cómo pensás la relación entre dibujo y texto? ¿Qué rol tiene cada uno?
Ro Ferrer: El dibujo generalmente funciona como acompañamiento del texto, como anclaje. Son menos los trabajos en los que la imagen da el sentido absoluto y las palabras sobran. Intento comunicar conceptos, a veces complejos, buscando modos de decir directos y resumidos porque noto que cuando el texto es extenso, se lee menos. Creo que esta época de inmediatez, de lo efímero, genera una necesidad de recibir todo masticado o que se lea de un vistazo, así que es un ejercicio doble, el de pensar qué decir y cómo presentarlo.
Genderit.org:- ¿Qué papel juega internet en tu trabajo?
Ro Ferrer: Sin internet mis dibujos estarían acumulados en la oficina o en algún rincón de mi casa, como todos los dibujos que fui haciendo desde que tengo memoria.
Las redes han permitido que esto, que empezó gracias a una movilización personal, llegué a otras personas en distintas partes del mundo (algo impensado hace un tiempo). Gracias a las redes encontré gente maravillosa, comprometida con la lucha constante por los derechos humanos y de las niñas, niños, adolescentes, mujeres, lesbianas, travestis, trans e identidades no binarias. Me invitaron a formar parte de la Red internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG) y del Paro Internacional de Mujeres (PIM), pude hacer un libro, “Feminismo para chic@s”, e ilustrar otro, “Voces del Feminismo Rebelde” de Agustina Lanza, ambos con Editorial Sudestada ¡Y presentarlos en la Feria del Libro! Me di el lujo de compartir un espacio de discusión y elaboración con las maestras Dora Barrancos y Marta Alanis, de apoyar la Campaña por la Despenalización y Legalización del Aborto, de poner la voz para apoyar a las madres protectoras contra el inexistente SAP. Pero básicamente internet fue la entrada a un aquelarre inmenso, con puntos en común y muchas diferencias, pero con la fuerza para construir algo diferente, pensando en las generaciones que nos preceden por fuera del individualismo.
Internet fue la entrada a un aquelarre inmenso, con puntos en común y muchas diferencias, pero con la fuerza para construir algo diferente
Genderit.org: ¿Qué pros y contras le encontrás a la difusión web?
RoFerrer: Ser conscientes de estar viviendo un momento histórico es de un privilegio inmenso. El contacto inmediato con otros países y el flujo de información continuo nos ha permitido realizar movilizaciones simultáneas, repudiando y acompañando sucesos como la absolución de La Manada en España, la lucha de las mujeres de Kurdistán o el femicidio de Marielle Franco en Brasil. Estas movilizaciones virtuales no se quedan ahí; son las que luego nos permiten ver las calles repletas de adolescentes junto a quienes vienen peleando hace mucho tiempo por la despenalización y legalización del aborto y encontrarnos en todos lados con los pañuelos verdes, vernos juntas luchando por la autonomía sexual, reproductiva y no reproductiva, por el derecho a decidir cuándo maternar (o no hacerlo en absoluto). Yo creo que eso es motivo de orgullo.
No es fácil reconocerse parte de un movimiento que se anima a desarmar una cultura para acomodar las injusticias que recayeron sobre nuestros cuerpos durante siglos; ir contra todo mecanismo de sometimiento, discriminación y control. Internet permite hacerlo codo a codo con otra gente igual de “desubicada” ¡y es maravilloso!
Lo negativo es la exposición a grupos de odiadores, esos que no saben de qué se habla pero se oponen por las dudas o porque no les interesa ni conviene que la sociedad pierda su asimetría. La virulencia con la que te atacan muchas veces hace visible lo estructural y sistemático del sistema patriarcal que queremos cambiar. Lamentablemente mientras no haya una re-educación profunda, con perspectiva de género (feminista), en los núcleos de convivencia primarios, las escuelas, las instituciones en general y en el Estado; va a ser complicado que la violencia disminuya.
Por otro lado, las "políticas de convivencia" de las redes sociales son un chiste y tienden a reproducir estructuras patriarcales de ubicación y aleccionamiento. Un ejemplo claro es cuando se sube la foto de una mujer sin corpiño en una marcha y automáticamente se bloquea la cuenta hasta que se quita la foto. Sin embargo, existen perfiles de pedófilos o abusadores que no se tocan, páginas enteras contra el feminismo que inducen al odio y la violencia, que desinforman intencionalmente y cuyos "seguidores" acosan compañeras o se organizan para bajar páginas. Esto no infringe ninguna norma porque no es considerado violento.
Las "políticas de convivencia" de las redes sociales son un chiste y tienden a reproducir estructuras patriarcales de ubicación y aleccionamiento
Pienso que este es un tema a atacar por varios frentes: un cambio cultural, normas claras sobre qué es acoso, ciberbulling y violencia explícita o simbólica. Al mismo tiempo es necesaria la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral desde el inicio del jardín de infantes, para desarmar los estereotipos y roles de género machistas, para que las infancias y adolescencias sean menos violentas y desiguales. Hay que desmitificar mandatos o imposiciones dañinas como el discurso de que los varoncitos no pueden llorar ni demostrar emociones o que las nenas no pueden ocupar lugares de liderazgo y desarmar la heteronorma y la binariedad impuestas tanto como reconocer las infancias trans.
Esto es un trabajo que necesita de la responsabilidad y el compromiso de toda la sociedad ¿Los sectores conservadores realmente quieren un cambio o vienen ejerciendo todas las presiones que pueden (hace siglos) para mantener los privilegios y asimetrías del género masculino sobre el resto y mantener a las mujeres sumisas, temerosas, violentadas sin notarlo siquiera por el nivel de naturalización cultural? Mientras el Estado no se separe definitivamente de la Iglesia, todas estas violencias continuarán existiendo y las redes son un reflejo de la sociedad (donde además la violencia es vomitada desde el anonimato). Los trolls proliferan porque hay alguien detrás que los banca y al mismo tiempo los odiadores (haters) existen porque existe la tríada perfecta entre patriarcado, iglesia y capitalismo. Por supuesto no es una relación tan líneal, pero el primer paso es reconocer que están interrelacionados de una forma compleja.
Genderit.org: ¿Por qué crees que los proyectos feministas proliferan en ámbitos virtuales?
RoFerrer: En la gráfica y la televisión la mirada preponderante sigue siendo masculina y machista. Por lo tanto, las voces que esgrimen perspectiva de género (feminista), aún no tienen un espacio equitativo en los medios tradicionales y se percibe una gran resistencia al cambio. Creo que encontramos un ámbito en el que por un lado nos hermanamos y actuamos como catalizadoras del trabajo del resto, y, por otro, chocamos contra una cultura afilada y aceitada para absorber, silenciar o desacreditar todo cambio posible. Es un espacio heterogéneo, tanto si se trata de un sinsentido, como algunas iniciativas que se dicen feministas pero buscan perpetuar los roles y estereotipos de género o de un abanico amplio de propuestas culturales no sexistas ni discriminatorias, cada persona auto-gestiona su discurso y lo “larga” a la red donde a veces tiene rebote y otras simplemente queda en un posteo para los amigos.
Las redes han permitido masificar la lucha feminista y desmitificar lo negativo que claramente se le endilgaba para desestimar la pelea por la equidad y la liberación... Ya no da miedo definirse feminista, hemos copado los ámbitos virtuales gracias a la inmediatez y la globalización
Las redes han permitido masificar la lucha feminista y desmitificar lo negativo que claramente se le endilgaba para desestimar la pelea por la equidad y la liberación de todos los mecanismos de ubicación, control y opresión de la cultura machista. Ya no da miedo definirse feminista, hemos copado los ámbitos virtuales gracias a la inmediatez y la globalización, aprendiendo a actuar en bloque (más allá de las diferencias), respondiendo con velocidad y de manera activa ante los sucesos mundiales o regionales. El movimiento feminista es la resistencia más poderosa ante la violencia económica, política, cultural, institucional y religiosa. Las redes son nuestras aliadas.
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